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Ejecutado en Teherán Mehdi Hashemi, presunto responsable de filtrar el 'Irangate'

Mehdi Hashemi, de 46 años, emparentado con el sucesor designado del imam Jomeini, Alí Montazeri, ex responsable del Departamento de Movimientos de Liberación de la Guardia Revolucionaria de Irán y presunto protagonista de la filtración del escándalo Irangate a un semanario libanés, fue ejecutado ayer en Teherán, según fuentes oficiales iraníes.

Semanas antes, Hashemi fue juzgado y acusado del asesinato de un ayatollah antes de la revolución iraní y del secuestro de un diplomático sirio en octubre de 1986.Mehdi Hashemi fue ejecutado en Teherán tras haber sido declarado moffed fel arz, "corrupto de la tierra", máxima calificación de delincuencia político-religiosa en el régimen iraní, por parte de un tribunal compuesto fundamentalmente por miembros del clero.

"He dudado sobre la guerra como problema principal de Irán. Yo no creía que la contienda tenía tanta importancia, y eso fue el origen de mi desviación, que me hizo enfrentarme a la guerra y al régimen". Con estas palabras de autoinculpación, pronunciadas el mes pasado ante las cámaras de la televisión iraní, Metidi Hashemi daba pie a su sentencia de muerte ejecutada ayer en Teherán.

La condena a muerte y posterior ejecución de Hashemi es uno de los acontecimientos más graves registrados en la política interior y exterior iraníes en los últimos años.

La detención y ulterior caída en desgracia del hasta entonces todopoderoso Hashemi sobrevino a primeros de octubre del año Pasado, poco después del secuestro en Teherán, el 7 de octubre de 1986, frente a la Embajada de Japón y presumiblemente a manos de seguidores suyos, de Iyad Al Mahmud, encargado de negocios de Siria en la capital iraní durante los últimos siete años. Se cree que los captores de Al Mahinud intentaban castigar a Siria, principal aliado de Irán en su guerra contra el régimen de Bagdad, por su entonces creciente aproximación a Irak.

Muy poco después de la liberación del diplomático sirio, que se produjo pocas horas después de ser capturado, Mehdi Hashemi era detenido junto con algunos de sus parientes. Inmediatamente, saltaba a la Prensa de Líbano, donde Hashemi contaba y cuenta con muchos simpatizantes, el escándalo del Irangate, que involucraba a las autoridades iraníes, sobre todo al poderoso presidente del Parlamento, Alí Akbar Rafsanyani y otros rivales del ayatollah Husseim Alí y Montazeri, en un asunto de tránco y venta de armas estadounidenses para Irán. Hashemi era hermano del yerno de Montazeri.

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La enemistad del régimen iraní con Estados Unidos, proclamada y aventada oficialmente desde el inicio de la revolución iraní, en 1979, situó a los dignatario, islámicos en una posición comprometida ante su pueblo. Una cadena de deserciones sacudió a la Guardia que aparecieron síntomas de desmoralización en sus filas por aquellos hechos.

Su parentesco con Montazeri, a quien posiblemente ha arrebatado sin quererlo la posibilidad de suceder al imam. Jomeini, da a la ejecución de Hashemi una gran importancia política en un país como Irán, donde la afinidad política y la familiar caminan de la mano. Los grandes dignatarios islámicos se rodean de una cohorte de familiares que dirigen sus actividades políticas.

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