Rafael de Paula: 'Los pases me salían del alma
El triunfo de Rafael de Paula ayer en Las Ventas no se le había subido a la cabeza, pues el diestro se autocriticaba tras la corrida: "Mi toreo está lleno de imperfecciones, pero hoy los pases me salían del alma, aunque siempre se puede uno superar y hacerlo mejor". Paula comenta que existen muchos otros matadores a los que admira porque torean muy bien.Se desviste con parsimonia en la habitación del hotel, acompañado únicamente por su mozo de espadas, mientras señala que la alegría va por dentro. La primera llamada telefónica es para su madre, después, enciende un cigarro y se apresta al diálogo con humor: "Me habría emocionado salir por la puerta grande, pero con el estoque he estado horrible, menos mal que me he superado con el verduguillo, con el que ya he bordeado el ridículo".
Confiesa que no se encontraba preparado físicamente para venir a Madrid: "Eso me ha influído a la hora de matar, pues no tenía ya fuerzas". Cree que su faena transmitió porque toreó con sentimiento a un toro que califica de excelente: "Sé que los aficionados se han sorprendido de verme tan valiente", afirma, "pero cuando estoy a gusto no me importa que un toro me parta en dos".
Al quitarse la taleguilla aparecen sus dos rodillas fuertemente vendadas y con múltiples cicatrices de las operaciones que han soportado. El torero murmura en voz baja: "En vez de rodillas tengo un par de ferreterías con todo tipo de clavos". Paula dedica este triunfo a su hermano José, por el que está muy preocupado, pues dentro de pocos días será intervenido quirúrgicamente de una seria dolencia cardíaca. Y confía en superar en 1988 la mediocre temporada actual: "En cuanto me haga millonario me retiro; o sea que va para largo".
Babelia
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