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Tribuna:LA ELIPSE
Tribuna
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Apariciones

Los protocolos del cielo están empezando a confundirse, lo cual es signo del final de los tiempos. Mientras el Papa hace el gran esfuerzo de aparecerse a los yanquis y a los navajos, la Virgen, por su parte, le hace la competencia y habla por boca de un vidente en Alcira, Valencia. Cinco mil personas se congregan para oírla y aseguran que ha curado -¿la Virgen? ¿el vidente?- a enfermos de cáncer y SIDA. Estas cosas tenían que llevarlas con más organización, los sobrenaturales, que parece que andan tan desorganizados como los bomberos. El cielo está necesitando un Javier Solana, un portavoz que haga oír a cada uno a su tiempo.Paralíticos, sordomudos y tullidos, todo el revés de la Creación, rezan fervorosamente en Alcira, soñando que se les otorgue la gracia. Ángel Muñoz, o sea el vidente, ve la imagen con una túnica blanca, un rosario con quince misterios y una corona de flores. Pero la rentrée celestial viene en plan teología dura. Centenares de personas dicen ver al Nazareno en una pared de una casa de Rota, Cádiz, perteneciente a Elena Sánchez, camarera. Ya se ha establecido un horario de visitas y un turno. Y no todo pasa en provincias. A los madrileños se nos ha aparecido la madre Teresa de Calcuta defendiendo la familia, un principio que no rige ya ni en la de Ruiz-Mateos, que se le casó una hija a contrapié mientras yo almorzaba con él en el Miguel Ángel. Ruiz-Mateos, por su parte, se le aparece de vez en cuando a Encarna Sánchez. Por mucho Estrasburgo que le pongamos a la cosa, los arrabales de Europa, o sea España y América, siguen/seguimos gobernándose/gobernándonos por el irracionalismo.

A los indios de Estados Unidos se les ha aparecido el Papa, sí, que se ve que el cielo y el Vaticano trabajan cada uno por su cuenta, como el partido y el sindicato. Plumas de águila y pipa de la paz hicieron a Juan Pablo II hermano de los indios, y estas bisuterías se corresponden con los rosarios y Biblias que los indios de Rota le han donado al Nazareno, según agencias.

Pero, mientras el Papa estaba con los cherokees, a los neoyorquinos se les aparecía un monje blanco de Zurbarán, en el Museo Metropolitano, y en este caso el vidente es José Ángel Sánchez Asiaín, quien, con su delgada sensibilidad, ha introducido entre los rascacielos el verdadero misterio de la mística, la magia del arte, conocimiento/desconocimiento noético del mundo al que han tenido que recurrir todas las religiones siempre que han querido influir en los particulares. Los artistas han hecho a Dios a imagen y semejanza de sus modelos, de modo que la magia religiosa se ha hecho soluble en el agnosticismo, y ahora nos queda, limpia al fin, la magia del arte, ese otro irracionalismo, el único, que aún toca delicadamente en ese nudo de sombra que es el corazón humano. Para Nueva York, el Papa es una curiosidad del Viejo Mundo, pero un monje de Zurbarán es la sombra blanca, perdurable y transeúnte del misterio. Lo cual que, volviendo a lo nuestro, o sin salir de ello, a los socialistas se les ha aparecido monseñor Tarancón, que está desdiciéndose de su famoso y revolucionario sermón de la Corona, homilía tras homilía. Ahora les recuerda a los pauloeclesiales sus cien-años-de-honradez, como con un cierto recochineo sacro. Tarancón echó aquel discurso, cuando entonces, porque no sabía que iban a tomarle en serio. Finalmente -que rentrée sobrenatural-, a Dolores Serrano, socialista con cargo, se le apareció el párroco del pueblo de al lado y se vinieron a Madrid. La orgía irracionalista del milenio no ha hecho más que empezar. Sólo esto puede salvarnos de la macroeconomía.

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