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Líderes de la comunidad negra preparan una denuncia por racismo en Lérida

El gobernador civil de Lérida, Josep Ignasi Urenda, manifestó ayer que en el informe que le ha remitido la Guardia Civil sobre supuestos comportamientos racistas en Vilanova de Segrii, denunciados hace una semana por un grupo de temporeros de raza negra, no aparece ningún caso que pueda ser materia concretada y demostrable de discriminación. Líderes de la comunidad negra estudian la presentación de una denuncia.

Urenda, que ayer recibió a los líderes del colectivo de trabajadores africanos de Lérida y del Maresme, Infanso Camara Nelson, y Suleiman Sanyang respectivamente, ordenó hace 15 días la apertura del expediente informativo para comprobar la existencia de casoi de racismo en Vilanova de Segriá. Tras mantener una reunión con el alcalde de esta localidad, el aliancista Antoni Mangues, Urenda se comprometió a estudiar la situación para resolver el conflicto y anunció sanciones para los responsables.El gobernador civil ha recibido el informe solicitado a la Guardia Civil. "De este informe", añadió, "no se desprende nada que pueda ser materia de un expediente. Eso no quiere decir que el Gobierno Civil no mantenga toda la sensibilidad e interés por el tema. Si se produce algún caso concreto de discriminación en algún establecimiento, actuaríamos consecuentemente dentro de nuestras competencias, pero hasta este momento no hay materia".

Para Urenda, "esto no quiere decir que no se hayan producido hechos que en algún momento podían ser calificados de discriminatorios. Eso es muy posible que haya pasado., pero, claro, nosotros, para hacer un expediente tenemos que basamos en hechos muy concretos y, sobre todo, demostrables. Todos tenemos interés por que no pasen estas cosas y si alguno no hace las cosas como debe, ya actuaremos".

Nelson sostuvo ayer que los negros siguen teniendo la entrada prohibida en algunos establecimientos públicos de Vilanova de Segriá. Este hecho pudo ser comprobado también por el corresponsal de este periódico, que visitó diversos bares de la localidad.

Un gambiano denunció: "Los negros ya no podemos entrar en ningún bar de este pueblo, porque en unos lo tenemos prohibido y en los otros nos sentimos incómodos". Gonzalo Sarmiento, propietario del bar Avenida, reconoció que en su establecimiento hace tres años que no entran negros. "No me importa que estén en el pueblo, pero en mi bar no pondrán los pies", dijo.

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