Iglesia e IVA

El último exponente de la moderación de la que repetidamente viene haciendo gala el eximio Gobierno socialista, que en un principio iba a ser el encargado de realizar el cambio en nuestro país, ha consistido en exonerar a la Iglesia católica del pago del IVA en las obras de construcción de lugares de culto.En mi reconocida ignorancia no puedo dejar de preguntarme por qué un Gobierno que se autocalifica de socialista, y que debería luchar por una progresiva igualdad de oportunidades, no concede similares ventajas al resto de los ciudadanos que trata, asimismo, de hacer prosperar su negocio. La norma debería hacerse extensible en aras de la igualdad y eximir del pago del IVA a los empresarios que desearan construir un santuario para la audición de conciertos de rock o una factoría para la elaboración o venta de bebidas espirituosas, por sólo citar dos ejemplos. Al fin y al cabo, cada uno de estos tres negocios tiene sus numerosos feligreses incondicionales cumplidores de los ritos litúrgicos, y son distintas formas con las que los anónimos integrantes de la masa nos evadimos y distraemos diaria, semanal o mensualmente.

O jugamos todos o rompemos la baraja. Tanto derecho tienen a recrearse y prosperar el padre Juan y la beata María como los colegas de la basca y los compadres de la cantina. Tan necesarios y provechosos son los sentimientos, vivencias y experiencias forjados al calor del amor en un bar o en un electrizante concierto de rock como en la eterna mojiganga dominical de premios y castigos no comprobables.-