Reagan da la bienvenida a Juan Pablo II en Miami
ENVIADO ESPECIALEl papa Juan Pablo II inició ayer su segunda visita papal a Estados Unidos en la ciudad de Miami, a la que llegó poco después de las dos de la tarde (ocho de la tarde, hora peninsular). El Papa, que visitará nueve ciudades en Estados Unidos, fue recibido en el aeropuerto por el presidente norteamericano, Ronald Reagan, y la esposa de éste, Nancy Reagan, que le dieron la bienvenida al descender del avión en el que viajó desde Roma. Reagan señaló, en su breve discurso de bienvenida, que no sólo los católicos saldrían a recibir a Juan Pablo II en Estados Unidos, sino que miembros de otras religiones reconocerían su liderazgo moral.
Centenares de personas aguardaban en cuatro tribunas al Papa, en una ciudad que en los últimos días se ha convertido en un hervidero de fuerzas de seguridad, ya que se halla prácticamente tomada por 9.000 agentes.En su discurso ante Ronald Reagan, Juan Pablo se refirió a la dignidad humana y calificó a la Constitución norteamericana de "gran documento". Concluyó su discurso con un "Dios te bendiga América".
En la madrugada de hoy (hora peninsular española) estaba previsto que el Papa se entrevistara en el museo Vizcaya de esa ciudad con el presidente Reagan, cuya política armamentista y económica es criticada por amplios sectores de la comunidad católica norteamericana, incluidos algunos obispos. Presumiblemente, el Papa y el presidente norteamericano analizarán la cuestión del desarme y la situación en Centroamérica.
Al sobrevolar el espacio aéreo español, unos cazas escoltaron la nave, ante lo que Juan Pablo II dijo: "Los españoles como siempre tan corteses"; asimismo recordó "con mucho cariño" a los Reyes de España y envió un mensaje en el que recuerda la unión histórica y cultural de España con los lugares que visitará estos días en Estados Unidos.
Bienvenida del episcopado
El Episcopado estadounidense ha hecho público con motivo de la visita papal -que costará unos 300 millones de pesetas diarios- un mensaje de bienvenida bajo el título de Testimoniar juntos en un mundo dividido y lastimado.
El documento de bienvenida a Juan Pablo II está apoyado por 154 organizaciones cristianas, y en él se reconoce la diversidad de orientaciones existentes en el seno de la Iglesia católica. "A veces hacemos distintas elecciones éticas", se afirma en el texto, en el que se añade que esta diversidad "saldrá probablemente a la superficie durante la visita papal". "A pesar de lo profundo de nuestras divisiones, la Iglesia como misterio de Cristo está llamada a ser un signo y un instrumento de la unidad de toda la comunidad humana", concluye el texto.
En parecidos términos se expresaba el presidente del Episcopado, John May, en una reciente circular de la Conferencia Nacional de Obispos Católicos. Monseñor May afirmaba que había una cierta confusión sobre lo que significa ser católico. Según el presidente del Episcopado, esto es vivido de manera distinta en un "país consumista, armado nuclearmente, secularizado y rico" como es éste que recibe a Juan Pablo II. "Espero que la visita del Papa nos ayude a examinar esta cuestión y reafirmar nuestro compromiso en nuestra propia tradición católica", añadía el obispo May.
Entre las primeras actividades que Juan Pablo II debe desarrollar en Estados Unidos, para la noche de ayer estaba prevista una reunión con representantes de los 57.000 sacerdotes católicos existentes en Estados Unidos, un país donde desde 1975 se ha producido un descenso de casi el 2% en el clero diocesano. En el caso de las religiosas este descenso es mucho más elevado, ya que, se calcula que han abandonado sus congregaciones en Estados Unidos país alrededor de 78.000 monjas.
En unas declaraciones formuladas en el Boeing 747 que lo trasladó a. Estados Unidos, el Papa afirmó que hablaría con las autoridades norteamericanas sobre los casos de condenados a muerte. En concreto, el día 15 debe ser ejecutado en Texas James Williams. El Papa estará el día anterior a la ejecución sumaria en ese Estado, en el que 248 personas aguardan la misma suerte que Williams. En Florida, el número de condenados a la pena capital asciende a 267 personas, la cifra más alta registrada en los Estados Unidos.
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