Honecker y Kohl entierran el hacha de guerra
El jefe de Estado de la República Democrática Alemana, Erich Honecker, fue recibido ayer en Bonn con plenos honores militares por el canciller federal, Helmut Kohl, en la primera visita que realiza un máximo dirigente de Alemania Orienta¡ a la capital federal desde la existencia de dos Estados alemanes. En ambas capitales se ha calificado de "histórico" este acontecimiento. Tras 38 años de relaciones hostiles, ayer ondeó por primera vez sobre la cancillería federal, en Bonn, la bandera alemana con el escudo del martillo y el compás del Estado socialista alemán.
El realismo y el sentido común fueron la tónica de todas las intervenciones públicas del invitado y sus anfitriones. Desde posiciones ideológicamente enfrentadas, Honecker y Kohl expresaron su voluntad de continuar y profundizar un proceso de distensión entre las dos Alemanias que, en el marco de la mejora de las relaciones Este-Oeste, tiene ya hoy resultados en parte espectaculares. Sin ocultar las diferencias, ambos resaltaron que el momento Político actual ofrece unas oportunidades de incrementar la cooperación y el mutuo entendimiento jamás habidas desde 1945. Honecker llegó a las diez en punto de la mañana al aeropuerto de Bonn-Colonia a bordo de un avión soviético Iliushin 62-M de las líneas aéreas germano orientales Interflug. En el aeropuerto le esperaba el ministro de la cancillería, Wolfgang Schaeuble.En los jardines aguardaba el canciller Helmut Kohl. Honecker y Kohl escucharon juntos los himnos de los dos Estados y pasaron revista a la guardia de honor del Ejército federal. El himno de la RDA era uno de los actos que, según medios cercanos al canciller, éste quiso evitar. La RDA declaró este recibimiento como condición irrenunciable para la visita. El protocolo de la primera jornada del viaje demostró ayer que, si bien calificado oficialmente como "visita de trabajo", el viaje de Honecker a Bonn es ya hoy una visita de Estado.
Tras posar para los medios gráficos, Honecker y Kohl se retiraron con sus respectivas delegaciones a la primera sesión de trabajo de esta cumbre interalemana que ha despertado inusitadas esperanzas de mejora en las relaciones bilaterales. En el encuentro Honecker se manifestó satisfecho del desarrollo del diálogo y cooperación entre ambos Estados y resaltó en este sentido el fuerte incremento de permisos concedidos a ciudadanos de la RDA para viajar a Occidente. El jefe de Estado de Alemania Oriental mostró su satisfacción por la anunciada decisión del Gobierno federal de renunciar a los 72 misiles Pershing 1-A, que se habían convertido en un obstáculo para las negociaciones sobre misiles de medio alcance, y se declaró partidario de afrontar de inmediato la reducción y eliminación de otros tipos de armamento, tanto convencional y químico como nuclear. Abogó asimismo por la creación de un corredor libre de armas químicas y nucleares y la baja concentración de fuerzas convencionales en Centroeuropa como primer paso hacia un sistema de seguridad y paz en "la casa común europea".
Derechos humanos
Kohl, por su parte, puso especial énfasis en el respeto a los derechos humanos como condición imprescindible para la existencia de una paz auténtica. "La paz comienza con el respeto pleno de la dignidad humana". Solicitó un aumento de los contactos humanos entre los ciudadanos de los dos Estados alemanes, como el intercambio de jóvenes, hermanamiento de ciudades, facilidades para viajes de contactos familiares y de tránsito hacia Berlín a través del territorio de la RDA.
Por la tarde, Honecker y Kohl mantuvieron una larga entrevista a solas en la cancillería. En una cena en honor del invitado Kohl reiteró después que la RFA no renunciará al objetivo de la reunificación, "que sin duda añoran los alemanes. La superación de la división no está, sin embargo, en la agenda de actualidad de la historia".
Honecker propuso al Gobierno federal el establecimiento de contactos regulares sobre desarme a mantener por los ministros de Asuntos Exteriores. Consideró muy importante y satisfactorio que los dos Estados coincidieran en sus esperanzas en un pronto acuerdo para la eliminación de los misiles INF.
A mediodía Honecker había sido recibido por el presidente de la República, Richard von Weizsaecker, con quien se entrevistó durante más de una hora. A continuación almorzaron juntos en la residencia presidencial, hecho que reafirmó el carácter de visita de Estado que, sin reconocerlo, se le ha dado a la estancia de Honecker en Bonn. Von Weizsaecker destacó la responsabilidad histórica de todos los alemanes en mantener la paz en Europa y superar las heridas y los traumas de la II Guerra Mundial. Honecker expresó su voluntad de avanzar por la vía del desarme y el diálogo en bien de los dos Estados alemanes, de Europa y del mundo, pero advirtió que esto sólo es posible si se mantienen relaciones de "normalidad" entre los Estados, lo que supone el reconocimiento mutuo de la soberanía.
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