El primer ministro de Túnez encabeza una manifestación a favor de Burguiba
Prácticamente todo el Gobierno tunecino, encabezado por su primer ministro, Rachid Sfar, participó el jueves en Monastir (165 kilómetros al sur de Túnez) en una impresionante manifestación oficial de adhesión al presidente de la República, Habib Burguiba, que los periódicos progubernamentales de ayer calificaban como La marcha contra el oscurantismo. Sfar, que es a su vez secretario general del Partido Socialista Desturiano (PSD, en el poder), animó a las masas en un mitin horas antes, a preservar el actual régimen tunecino frente al integrismo jomeinista, que definió como "un neosionismo aliado de Irán".Túnez celebró el jueves el 532 aniversario de la detención de Burguiba por las autoridades coloniales francesas, en pleno albor de la lucha por la independencia. El Gobierno eligió Monastir, ciudad natal de Burguiba, para los actos, pero el octogenario presidente permaneció en su palacio de Cartago, a 187 kilómetros del escenario de las celebraciones oficiales. La marcha contra el oscurantismo recorrió, en medio de cánticos y vivas al presidente, las principales calles de Monastir para concluir en la casa natal de Burguiba, donde se disolvió.
Ben Alí, protagonista
El hombre fuerte del país, el ministro del Interior, Zine el Abidin Ben Alí, tuvo un protagonismo excepcional en estos actos, ya que a él le correspondió, por instrucciones expresas del presidente, pronunciar la principal alocución. Ben Alí, que es también general del Ejército y secretario general adjunto del PSD, advirtió que "la unidad era la mejor manera de combatir a la anarquía y el terrorismo" y dijo que lo único que habían logrado hasta ahora las tentativas oscurantistas es reforzar el acatamiento del pueblo a su líder.El juicio contra los integristas celebró ayer su tercera sesión en un acuartelamiento militar de la periferia de Túnez, fuertemente custodiado por unidades del Ejército y de la policía. El juicio, que sigue en su fase de interrogatorios (comparecen 50 de los 90 procesados), cuenta ya con dos nuevos abogados extranjeros como observadores: el egipcio Nur Farhat, de la Unión de Abogados Árabes, y el argelino Uannas Smaier, de la Liga Argelina de Derechos del Hombre.
La policía tiene prácticamente desplegados a todos sus efectivos en la calle en previsión de altercados. Varios helicópteros sobrevuelan constantemente la capital tunecina ante el temor de que puedan producirse manifestaciones espontáneas, especialmente en los barrios populares. Los extranjeros no son molestados en ningún momento por los controles policiales, pero la población tunecina comienza a sentir cierta psicosis ante tan importante despliegue policial y ante una insistente cadena de rumores, muchos de ellos infundados, sobre detenciones masivas.
Medios de la oposición calculan en varios centenares los detenidos actualmente por supuestas vinculaciones con el Movimiento de la Tendencia Islámica (MTI).
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