Cavaco Silva y Mario Soares visitarán España el próximo otoño
Los jefes de Gobierno de España y Portugal, Felipe González y Anibal Cavaco Silva, se reunirán el próximo mes de noviembre, en una nueva cumbre en la que, a partir de ahora, tendrá mayor protagonismo el encuentro de los jefes de Gobierno de los dos países ibéricos, frente al carácter interministerial que tenían hasta ahora las reuniones anuales establecidas en 1.984. Después de esa reunión, visitará oficialmente España el presidente portugués, Mario Soares.Al anunciar tal encuentro, el nuevo ministro portugués de Relaciones Exteriores,. Joao de Deus Pinheiro -que ayer viajó a Madrid para una breve entrevista de trabajo con su homólogo Francisco Fernández Ordóñez- dijo que dadas las perspectivas de estabilidad tanto de los Gobiernos como, al frente de ellos, de Cavaco Silva y Felipe González, las relaciones hispano portuguesas "tienen que ser diseñadas en un plazo de siete u ocho años".
En el encuentro entre los dos ministros, celebrado en un restaurante madrileño, Fernández Ordóñez y Pinheiro hicieron un extenso repaso del estado de las relaciones bilaterales y de las posiciones de ambos países en los espacios comunes que comparten como aliados en la Comunidad Europea y en la Alianza Atlántica.
Cementerio nuclear
Fernández Ordóñez le dijo al ministro portugués que "no es propósito del Gobierno español instalar un cementerio nuclear en Aldeadávila", cerca de la frontera portuguesa, en la provincia de Salamanca, intentando aclarar un tema de especial sensibilidad en el vecino país. El jefe de la diplomacia española añadió que los dos ministros propusieron crear una comisión técnica sobre el tema de Aldeadávila, que probablemente quede zanjado en el próximo encuentro entre Felipe González y Cavaco Silva.Por su parte, el ministro portugués dijo que, sobre Aldeadávila, "habrá una solución satisfactoria para las dos partes", y añadió que para los portugueses se trata de una "cuestión nacional", en la que existe un "consenso total" entre todos los partidos políticos y las fuerzas sociales de cualquier signo.
El ministro portugués rehusó comentar las versiones periodísticas que apuntan la posibilidad del nombramiento de un embajador político para Madrid. "El Gobierno no trata sus asuntos en base a especulaciones de prensa. El movimiento diplomático será decidido en el momento y por las personas adecuadas", añadió.
Pinheiro no quiso valorar especialmente el simbolismo de su visita a Madrid, dos semanas después de tomar posesión como ministro, en contraste con la ausencia de un viaje similar de su antecesor en el tiempo que estuvo en el cargo. El joven ministro portugués, de 42 años de edad, calificó de "aproximación pragmática" la fórmula que debe enmarcar las relaciones entre Madrid y Lisboa, basada en "la trasparencia y la cooperación politica sin ambiguedades".
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