El SOC intenta adaptarse a los cambios registrados en la agricultura andaluza

El Sindicato de Obreros del Campo (SOC) se plantea en el congreso iniciado ayer en Sevilla y que se prolongará hasta el domingo un cambio de estrategia que le permita adaptarse a la nueva situación de la agricultura andaluza surgida del aumento de la mecanización y de la entrada de España en la CE, según aseguraron dirigentes de la organización.

Al congreso asisten unos 150 delegados en representación de los 5.000 afiliados con los que dice contar el SOC. Hasta el domingo no se conocerán los nombres de los candidatos a ocupar la secretaría general del sindicato, aunque lo más probable es que Diego Cañamero, actual secretario, siga ocupando el puesto durante un nuevo mandato.En la primera jornada del congreso se descartó la presentación al puesto de secretario general de candidaturas encabezadas por Francisco Casero, que ocupó el puesto hasta 1984, o por Juan Manuel Sánchez Gordillo, alcalde de Marinaleda. Ambos negaron ayer esta posibilidad, apuntada previamente por fuentes cercanas a la actual dirección del SOC, que identificaron esas candidaturas con corrientes de opinión dentro del sindicato.

Corrientes de opinión

Casero, en una comunicación al congreso, negó que encabezara ningún tipo de tendencia opuesta al actual secretario general y afirmó que se abstendría en todas las votaciones del congreso. Francisco Casero, uno de los fundadores del SOC junto con el cura Diamantino García, párroco de Los Corrales (Sevilla), ha estado durante los últimos años alejado de las tareas sindicales y ha mostrado sus diferencias con la política, seguida.Diego Cañamero, que durante su mandato ha tenido que hacer frente a varios procesos por ocupaciones de fincas, ha defendido estos últimos días la necesidad de un relevo en la secretaria general.

Al congreso se han presentado cinco ponencias sobre temas de organización interna y análisis de la agricultura andaluza y el trabajo temporero. El SOC centra su influencia en pueblos de la Sierra Sur y la Campiña de Sevilla, Sierra de Cádiz y en Córdoba y Jaén. La reivindicación de la tierra, con ocupaciones de fincas; la oposición a la mecanización de tareas agrícolas, y la lucha contra el sistema de empleo comunitario han centrado la actividad de esta organización, fundada hace 11 años y que cuenta, para 1987, con un presupuesto de dos millones de pesetas.