Filipinas estudia pedir una moratoria para pagar su deuda exterior
ENVIADO ESPECIAL El Gobierno filipino podría pedir una moratoria de seis años para pagar su deuda exterior, cifrada en 28.500 millones de dólares (más de 3,4 billones de pesetas) ante las dificultades económica: que atraviesa el país, y que pueden incrementarse después de último y serio intento golpista que repercutirá en los proyecto: de inversión extranjera en Filipinas, en opinión de la mayoría de observadores económicos.
Filipinas sólo podrá pagar la mitad de los 14.500 millones de dólares (más de 1,7 billones de pesetas) que deberá satisfacer
sus acreedores en los próximo, seis años, según declaró Solita Mansod, la secretaria para k Planificación Económica, a riesgo de no poder mantener un índice de crecimiento anual del orden del 6,5% del producto interior bruto (PIB), considerado como imprescindible para superar la crítica situación económica.
Para lograr tal objetivo, Monsod defendió ante el Congreso filipino la petición de un retraso en el pago de la deuda exterior, citando el ejemplo de otros países en vías de desarrollo.
Monsod criticó también la política de refinanciación de la deuda, firmada bajo la dirección del ministro de Finanzas Jaime Ongping, con unos intereses en el líbor de Londres superiores de los logrados por otros países deudores, como México o Argentina. La polémica interna entorno a los cumplimientos del pago de la deuda puede enfrentar a los miembros económicos del equipo Cory, en un momento de delicada situación político-económica en Filipinas.
Necesidades financieras
Entre las principales necesidades financieras para Filipinas destaca la posibilidad de obtener fondos por valor de unos 3.000 millones de dólares, cifra en que se valora el coste de las indemnizaciones que deberá pagar el Gobierno Aquino para poner en marcha su intento de reforma agraria, considerado como la pieza clave del equipo Aquino, a fin de aumentar el nivel de vida de los campesinos (70% de los 57 millones de filipinos) e intentar erradicar las causas principales de desequilibrio social que contribuyen a engrosar las filas de la guerrilla comunista, cifrada en unos 23.000 efectivos.Desde la llegada al poder de Cory Aquino, hace 18 meses, la economía filipina experimentó un proceso de recuperación, con crecimiento de la inversión y las exportaciones. Sin embargo, la inversión extranjera -incluida la japonesa, principal pionera en los países del sureste asiático- continúa mostrándose reacia a invertir en Filipinas.
Los repetidos intentos desestabilizadores por parte de militares golpistas no son el mejor argumento para que cambie la tendencia. Según Ricardo Rómulo, presidente del Makati Business Club, que agrupa a representantes de 153 firmas filipinas y extranjeras, los intentos golpistas constituyen una "erosión" continua para la confianza en el inversor en Filipinas.
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