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"Nos miramos en exceso el ombligo", dice Ardanza

El 'lehendakari' cree que el Congreso Mundial Vasco, que comienza hoy, removerá viejos tabúes

Una de las localidades de primera fila en el Congreso Mundial Vasco, que hoy, día 31 de agosto, se inicia en San Sebastián, estará ocupada por el presidente del Gobierno vasco, José Antonio Ardanza, promotor de este encuentro. El lehendakari, que piensa que "en una situación crítica como la nuestra es preciso reflexionar en voz alta", precisa, en unas declaraciones concedidas a EL PAÍS, que "a veces nos miramos excesivamente el ombligo" y que "tenemos que resolver los problemas con perspectiva de futuro, porque, de lo contrario, vamos a perder el tren de la tecnología, de la ciencia, el tren de la historia, en definitiva". Según Ardanza, el congreso removerá los viejos tabúes sobre Euskadi.

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Expectación internacional

José Antonio Ardanza, que llegó al palacio presidencial de Ajuria Enea, en 1985, con el viento en contra al tener que sustituir, por mandato de su partido, al cesado Carlos Garaikoetxea, recuerda que, en esos duros comienzos, tenía la obsesión por desbloquear la situación de ingobernabilidad que se había creado en Euskadi, apaciguar los ánimos en su partido y desdramatizar la crispación existente entre el Gobierno vasco y la Administración central. Algunas cosas las consiguió merced al pacto de legislatura firmado con los socialistas."Al cabo de unos meses", dice, "las instituciones vascas echaron a andar. Pero yo tenía la convicción de que eso no bastaba, que Euskadi estaba carente de referencias de fondo para poder avanzar, y por eso creí conveniente comenzar a organizar un encuentro, desde aquí, pero, sin límites ni fronteras, sin prejuicios para poder intercambiar experiencias con científicos e intelectuales de cualquier parte del mundo, para que nos conozcan de otra forma y también para aprender de los demás".

En el año 1985, cuando germina la idea del Congreso Mundial Vasco, que el propio lehendakari expuso en una reunión de su Gabinete, las negociaciones que posibilitan el acceso de España a la Comunidad Económica Europea se encuentran en la recta final.

Durante esos meses Ardanza tuvo la oportunidad de establecer contactos con parlamentarios europeos cuya visión sobre el proyecto de la comunidad económica le provocó una sensación pesimista sobre la dinámica política vasca.

El mercado europeo

"A veces he tenido la impresión", afirma, "de que nos miramos excesivamente el ombligo, que conjugamos demasiado el yo, me, mí, conmigo, fijándo nos únicamente en nuestros agravios, mientras, por otra parte, se nos están abriendo los mercados de Europa, los mer cados internacionales, se nos está abriendo el mundo. Ya no se trata únicamente de abordar el problema de Euskadi con el Gobierno central. El planteamiento debe ser mucho más amplio, más generoso de miras, porque los demás van caminan do rápidamente. Los europeos van teniendo un progreso tec nológico y científico importante y en el fondo sientes miedo porque te vas dando cuenta del peligro que corre Euskadi de verse abocado a ser un país tercermundista".

Explica el lehendakari su obsesión porque la convocatoria de este Congreso Mundial Vasco, del que subraya su "carácter científico", no sea considerada como una iniciativa promovida por intereses partidistas.

"Precisamente porque hay excesivos intereses más o menos sectarios", precisa Ardanza, "o partidistas entre la poca gente que está metida en el mundo político, yo tenía especial interés en que este congreso se asumiera, de entrada, como un planteamiento abierto a todas las fuerzas vivas de la sociedad, sobre todo a las fuerzas de la inteligencia".

El papel de la Universidad

Precisamente porque los promotores del congreso pretenden fomentar el intercambio de experiencias encaminadas a suscitar la investigación propia y los debates cuyas conclusiones puedan ser aplicadas en la práctica, el lehendakari subraya el papel estelar que los centros universitarios deberían desempeñar en este encuentro.

"La Universidad tiene que ser el elemento fundamental que se enganche en nuestro proyecto, porque al final quien tiene que impulsar en el futuro lo que se está debatiendo en el congreso es la propia Universidad", enfatiza Ardanza.

Catedráticos, profesores e intelectuales del País Vasco han tenido oportunidad de hablar directamente con el lehendakari acerca del congreso.

"Yo les llamé personalmente", recuerda, "hablé con mucha gente que me respondió, en un primer momento, con ilusión, aunque con cierto temor. Ahora se tienen que involucrar hasta el fondo, en estos tres meses, porque la Universidad debe retomar el testigo de las conclusiones del congreso. Ojalá la Universidad sepa después continuar con la intelectualidad de este congreso, que, en definitiva, servirá para promocionar la propia Universidad vasca".

El presidente del Gobierno vasco reconoce que, a pesar del carácter científico del congreso, las referencias a la actual situación política de la comunidad autónoma serán obligadas: "No me preocupa, al contrario. Ojalá el congreso sirva de sacudida a todas las conciencias de la sociedad vasca. Que sirva para que se nos conozca fuera, no sólo desde los tópicos de nuestras actitudes crispantes, insolidarias y, violentas, sino que también se conozca la parte positiva que tiene este pueblo, que es mucho mayor que la negativa. Que este congreso sirva,»a su vez, para que nuestro pueblo reciba la influencia y la información (de otros expertos y de otros científicos". "Y que entre todos reflexionen sobre los problemas más acuciantes de nuestra civilización", reitera el lehendakari.

"Yo, personalmente, estoy convencido de que vamos a poner en cuestión temas que pueden parecer tabúes, pero que vamos a remover; vamos a remover veinte mil historias", concluye.

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