La saga continúa

En 1966, y durante tres temporadas, la NBC cosechó un gran éxito popular con la serie Star Trek, que llegó a nosotros como La conquista del espacio. A bordo de la mítica nave Enterprise, el capitán Kirk, Mr. Spock, Bones y sus amigos dieron el salto a las pantallas grandes, no sin antes esperar, cosa extraña, 11 años. Star Trek fue una superproducción de más de 40 millones de dólares, dirigida por Robert Wise, con efectos especiales del gran Douglas Trumbull y asesoramiento del mismísimo Isaac Asimov. Tres años después, en 1982, Nicholas Meyer dirigía un nuevo episodio. Star Trek II, la ira de Khan, que retomaba un viejo capítulo de la serie televisiva. En 1984 era el propio Nimoy, carismático Mr. Spock, quien realizaba Star Trek III, en busca de Spock, tarea que ahora repite en esta cuarta entrega.

Misión: salvar la Tierra arranca allí donde nos dejaron colgados nuestros protagonistas en su anterior visita o allí donde nosotros les dejamos colgados- en Vulcano, planeta de Mr. Spock. Recordemos que nuestros héroes habían partido de la Tierra sin permiso, lo que les costó la pérdida del Enterprise. Ahora deciden volver a la Tierra, pero un lío de mil demonios en el argumento les hace saltar del siglo XXIII a nuestros días para dar con un par de ballenas que habrán de salvar a nuestro planeta.

La principal novedad reside ahí, en hacer transitar por el San Francisco actual a nuestros rústicos hombres del espacio, creando en los anacronismos buenas escenas de comedia, como ya hizo Meyer en Los pasajeros del tiempo.

Por lo demás, y eso lo agradecemos enormemente los fans de la serie, 20 años después la saga sigue siendo de una total fidelidad consigo misma. Los mismos actores principales y secundarios, las mismas bromas seudofilosóficas entre Kirk y Spock, el mismo espíritu de la amistad y la aventura, etcétera.