Siete muertos y decenas de heridos en un fallido golpe militar en Filipinas
Al menos siete personas resultaron muertas y otras 70 heridas cuando más de 300 soldados rebeldes filipinos intentaron, sin éxito, asaltar ayer por la mañana (primeras horas de la noche en España) el palacio presidencial de Malacañang y la televisión gubernamental.Poco después de producirse el ataque, la presidenta Corazón Aquino se dirigió por radio a los filipinos, para, con voz calmada, asegurarles que se encontraba "sana y salva".
El jefe de las fuerzas armadas, general Fidel Ramos, afirmó que los efectivos gubernamentales "controlan la situación". Tras el ataque, fuerzas del Ejército tomaron posiciones en torno a la residencia de la presidenta. La policía y tropas leales a Aquino establecieron controles en distintos puntos de la ciudad. Horas después del ataque todavía se oían disparos en Manila.
Los soldados rebeldes llegaron en varios camiones a las inmediaciones del palacio presidencial disparando sus armas automáticas. Las primeras informaciones señalan que en los enfrentamientos se produjeron al menos siete muertos -entre ellos dos periodistas- y heridos otros 70 civiles.
Ramos afirmó que los rebeldes habían asegurado contar con el apoyo del senador Juan Ponce: Enrile, ex ministro de Defensa, implicado ya en otro intento de golpe.
Los rebeldes, que al parecer estaban dirigidos por el coronel Gregorio Gringo Honasan, un directo colaborador de Ponce, fueron autorizados a penetrar a la base de Camp Aguinaldo, sede del Estado Mayor de los Ejércitos, "para evitar más daños a la población civil", según portavoz militar.
Otros testigos señalaron que entre los rebeldes había también heridos. Una bomba dañó gravemente el edificio en el que se encuentra la sede de los dirigentes del Gran Manila, organismo responsable de la gestión de la capital.
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Corazón Aquino lanza un llamamiento a la calma a la población filipina
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La presidenta Corazón Aquino lanzó ayer un llamamiento a la población para que permanezca en calma y aseguró que las tropas gubernamentales, al mando de Ramos, tienen controlada la situación en Manila y en el resto del país. La presidenta confirmó que su guarda personal respondió de forma inmediata al ataque rebelde.
"Estamos a salvo y la guardia presidencial controla totalmente el incidente", dijo Corazón Aquino, al mismo tiempo que apelaba a las tropas en los demás cuarteles del país para que continúen en calma.
Los heridos en el ataque, de los rebeldes fueron trasladados a un hospital cercano al palacio presidencial de Manila.
El general Fidel Ramos efectuó sus declaraciones en directo desde el cuartel general de las fuerzas armadas, situado en la localidad de Quezón, cercana a Manila.
"Nos mantenemos firmes al lado de la presidenta y garantizamos su seguridad", afirmó Ramos en su declaración.
En Estados Unidos se ha manifestado preocupación por las informaciones procedentes de Manila, según declaró anoche un portavoz de la Casa Blanca en Los Ángeles (California). Éste es el sexto intento de golpe de Estado que se produce en Filipinas desde que Corazón Aquino asumió la presidencia del país.
"Reiteramos nuestro firme apoyo a la presidenta Corazón Aquino y a su Gobierno", señaló Dan Howard, uno de los portavoces de la presidencia norteamericana, precisando que, hasta ese momento, "no tenía más que noticias fragmentarias" sobre los acontecimientos.
El ataque rebelde se ha producido en un momento en que la presidenta Cory Aquino se enfrenta a la mayor protesta popular contra su Gobierno, tras el anuncio de la subida de los carburantes. Manila fue ayer mismo escenario de numerosas manifestaciones, con cargas y detenciones por parte de la policía.
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