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La Iglesia rusa celebra mil años

La jerarquía ortodoxa no descarta la visita de Juan Pablo II

Pilar Bonet

La posibilidad de que el papa Juan Pablo II asista como invitado a las fiestas del milenio de la Iglesia ortodoxa rusa en 1988 "sigue estando abierta", según declaró a EL PAÍS el archimandrita Tijón, superior del monasterio de Danilov, de Moscú, que será uno de los centros principales de la conmemoración del bautizo del príncipe VIadimir de Klev, allá por el año 988. El monasterio de Danilov fue utilizado como fábrica de frigoríficos e inclusa de niños expósitos, dependiente del Ministerio del Interior, después de su expropiación por el poder soviético en 1930.

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Ahora, salvando las distancias, va a convertirse en una especie de Vaticano de la Iglesia ortodoxa rusa. Esta institución le alquiló el monasterio al Estado en 1983 y se hizo cargo de la restauración. Ésta, según nos dice el archimandrita, ha costado hasta ahora 14 millones de rublos, todos ellos de las arcas de la Iglesia o procedentes de las contribuciones de los fieles. "Recibimos muchos donativos, tanto desde nuestro país como de comunidades religiosas en el extranjero", señala. Cuatro templos, con un número superior de altares; una sala de conferencias para 400 personas; un hotel con 200 plazas (12 de ellas de lujo); la residencia de trabajo del patriarca Pimen, la máxima autoridad de la Iglesia ortodoxa rusa; la sección de relaciones internacionales, y el alojamiento para 60 monjes y sacerdotes, así como un ambulatorio médico para ellos (incluido dentista) configuran en el futuro el perfil del monasterio (2,6 hectáreas de terreno amurallado), una vez concluida la restauración, cuya parte principal debe estar lista para las fiestas del milenio.

Unos 1.000 invitados se esperan a los festejos, y entre ellos estarán los jefes de las diferentes iglesias con las cuales la Iglesia ortodoxa rusa mantiene relaciones. Para invitar al Papa, "hay dificultades de protocolo, porque el Papa es jefe de la Iglesia y jefe de Estado a la vez, y la invitación del patriarca es sólo un aspecto de la cuestión", puntializa Tijon. El archimandrita admite que una invitación del Gobierno soviético resolvería el problema. "Si el Papa va a un Estado, le reciben representantes de la Iglesia y del Estado", afirma. "Muy pronto se sabrá si se le invita o no. La lista definitiva no está aún confeccionada".

Arquitectura religiosa

Tijonov no da más datos. Una comisión especial, dependiente del sínodo ortodoxo, prepara las fiestas del milenio. Éstas comenzarán el 5 de junio de 1988 con una misa solemne oficiada por el patriarca Pimen en la catedral de Moscú, el templo de Yelojovskaia. Concluirán en la iglesia de la Trinidad, del monasterio de Danilov, el 12 de junio, tras pasar por el monasterio de la Trinidad de San Sergio, en Zagorsk, a unos 60 kilómetros de Moscú. El milenio y el intento de recuperar la arquitectura religiosa prerrevolucionaria no destruida en alguna de las campañas antieclesiásticas del poder soviético son ahora un motivo para realizar un trabajo de restauración que afecta a distintas iglesias en Moscú. De los centenares de templos que funcionaban antes de la revolución en Moscú, una cincuentena están hoy en activo. En ocasiones, la restauración no pasa de las fachadas de los edificios, cuyas cúpulas son cubiertas de láminas de oro, en tanto que en el interior de los recintos siguen instalados los despachos, oficinas o fábricas que un día los ocuparon. "La Iglesia sólo restaura cuando alquila un local, ya que todos los edificios son propiedad del Estado. No tenemos medios para alquilar todos los monasterios. Alquilamos de acuerdo con nuestras posibilidades y, normalmente, se atiende positivamente nuestra petición", dice Tijon.

El archimandrita se resiste a hablar de un boom en el interés por la religión en la URSS. Constata un aumento de la asistencia a los servicios religiosos y una mejora cualitativa de las vocaciones sacerdotales. Ahora, señala, el nivel intelectual y de formación académica de nuestros seminaristas ha aumentado. Tres son los seminarios ortodoxos existentes en la URSS: uno en Zagorsk, otro en Leningrado y una escuela religiosa en Odessa.

Hay, además, 19 monasterios, según Tijon, de los cuales el de Zagorsk es, con 130 monjes, el más importante entre los masculinos. Entre los femeninos, el más destacado es el de Piuitizi, en Estonia, con 100 monjas que se dedican a la agricultura, dice.

Para vivir en el monasterio de Danilov, donde ya viven 26 monjes, hay candidatos, pero no todos son aptos para Ia vida urbana". Así que los aspirantes pasan en período de prueba de un año. Efectivamente, el monasterio, cuya existencia se remonta a finales del siglo XIII, formó parte del cinturón de monasterios que en el sur y en el este defendían a Moscú de las incursiones tártaras. Hoy está completamente cercado por un paisaje urbano degradado: una línea de tranvía pasa justo delante del portal y una fábrica de cemento armado le respira sobre las cúpulas recién restauradas.

Trescientas personas trabajan en la renovación del conjunto del monasterio de Danilov. El campanario de la entrada ha sido reconstruido totalmente. Faltan las campanas, que, según nos dice el monje que nos acompaña, fueron llevadas a Harvard (EE UU) por un norteamericano coleccionista. En el patio, los compresores hidráulicos atronan el aire, y en el interior de la catedral de la Trinidad, que ya funciona como templo, un coro de sacerdotes entona plegarias todas las mañanas: a las seis, los días laborables, y a las nueve, los domingos.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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