La vacuna contra el SIDA reabre la guerra de las patentes entre Europa y Estados Unidos
La vacuna contra el virus del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA), que fue autorizada el pasado martes por las autoridades sanitarias norteamericanas para ser experimentada en un total de 81 personas, se compone de una proteína precursora de la capa externa que envuelve al virus VIH, conocida como GP-160, y ha sido desarrollada por la compañía norteamericana Microgenesys. Hace dos meses, el laboratorio austriaco Inmuno AG presentó en Viena otro prototipo de vacuna realizado también a partir de esa proteína. La compañía norteamericana asegura que posee todos los derechos sobre la patente.
Microgenesys indicó que parte de los derechos revertirían al Gobierno norteamericano por la asistencia técnica recibida. Ésta es la segunda vez que se autoriza oficialmente a probar una vacuna contra el virus del SIDA en seres humanos, ya que con anterioridad los científicos del Instituto Pasteur, de París, realizaron pruebas en el Zaire con la aprobación del Gobierno local. El doctor Anthony S. Fauci, director del Instituto Federal de Estados Unidos para las Enfermedades Infecciosas, indicó que en el caso de que las pruebas sean positivas, aún faltan años para que se pueda usar de forma generalizada una vacuna efectiva contra el SIDA, remitiéndose al plazo previsto por los expertos, que insisten en que no se contará con una vacuna efectiva hasta 1990. La vacuna ha sido desarrollada a partir de la proteína precursora GP-160, extraída del envoltorio del virus VIH, causante del SIDA. El Instituto Federal proporcionó a la compañía Microgenesys un clon o copia del virus VIH del que los científicos, usando métodos de ingeniería genética, extrajeron y modificaron el gen que produce esta proteína. Posteriormente este gen fue introducido en material genético procedente de un virus inocuo de un insecto, y usaron este material genético modificado, para producir grandes cantidades de la proteína GP-160 en el laboratorio.
81 voluntarios
Hasta ahora la vacuna ha sido probada en cientos de ratones, conejos y cobayas, 12 monos y dos chimpancés. La vacuna se ha mostrado realmente efectiva en las cobayas, pero los científicos no pueden aún asegurar si ha sido capaz de proteger a los chimpancés contra la infección del virus del SIDA. Las pruebas con seres humanos se realizarán en el Instituto Federal de Enfermedades Infecciosas, que está en la actualidad reclutando a los voluntarios. La primera fase del estudio se realizará a lo largo de seis meses. Los científicos quieren administrar varias dosis de la vacuna a 60 varones homosexuales sanos a los que no se les haya detectado ningún vestigio del virus del SIDA ni de anticuerpos del mismo en su sangre y a los que su comportamiento sexual les incluya en los grupos denominados de "bajo riesgo". Una vez que se les haya administrado la vacuna, el nivel de sus anticuerpos será comparado con un segundo grupo formado por otros 15 homosexuales a los que se les inyectará alguna sustancia alternativa totalmente inocua y con seis heterosexuales a los que se les inyectará o bien la vacuna o bien la sustancia alternativa.
Los estudios se han basado en varones homosexuales por ser éste el grupo de más alto riesgo en Estados Unidos y, consiguientemente, el mejor blanco de pruebas para comprobar si la vacuna es efectiva. Además, el homosexual sufre generalmente tipos de infecciones diferentes al resto de la población, razón por la que pueden responder de una manera diferente a la vacuna. Portavoces de Microgenesys indicaron que esperan poder realizar la prueba a un grupo de heterosexuales de Canadá.
Una, vez analizados los resultados de la primera fase, comenzaría una segunda prueba con 100 o 200 voluntarios a lo largo de un año para determinar las mejores dosis. Sólo después de esta segunda fase, si la vacuna todavía ofrece resultados prometedores, comenzaría una tercera fase, que abarcaría a miles de voluntarios, a partir de la cual se podría garantizar que la vacuna. previene realmente contra la adquisición del SIDA.
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