Una negligencia policial facilitó el atentado de Vitoria

Una negligencia policial facilitó el atentado del pasado 6 de agosto en Vitoria, que costó la vida a dos agentes, y de cuya autoría se responsabilizó ETA Militar. El convoy policial que fue objeto del atentado regresaba de la campa de Armentia -un barrio de Vitoria-, que cuenta con una fuente y con unos merenderos, habitualmente frecuentada por las patrullas policiales para refrescarse. Cuando el convoy abandonaba la campa, hizo explosión un coche bomba accionado a distancia. El Gobierno ha abierto una investigación oficial sobre los hechos.

El desvío de la patrulla policial hacia la campa de Armentia carecía de cometido específico, a no ser el de que los agentes acudieran para refrescarse al merendero o a la fuente. Fuentes de la lucha antiterrorista han señalado que "la utilidad del trayecto utilizado por la patrulla es bastante dudosa". Estas fuentes admitieron que en la utilización de esa carretera había habido un "abuso". En aquel atentado murieron dos agentes del Cuerpo Nacional de Policía, Rafael Mucientes Sanz y Antonio Ligero Hec.

El dato de la frecuencia de uso del trayecto era conocido por los miembros de información del comando armado de ETA Militar que luego perpetró el atentado, según las mismas fuentes. El gobernador civil de Álava, César Milano, manifestó a este periódico que "el error cometido servirá de experiencia para la propia lucha antiterrorista".

El Ministerio del Interior ha abierto una investigación interna para depurar responsabilidades. Para ello, la Dirección General de la Policía ha enviado a Vitoria a un comisario, que elaborará un informe sobre los hechos.

Por otro lado, más de un millar de personas rindieron homenaje ayer en Rentería y Bilbao a los restos mortales de los dos activistas de ETA Militar fallecidos el sábado en San Sebastián al manipular un artefacto explosivo.