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Una píldora para abortar

España puede ser uno de los primeros países del mundo en que se comercialicen las pastillas RU-486

Tal como marchan las cosas, España, poco antes que Portugal e inmediatamente después que Francia, Suecia y Holanda, será uno de los primeros países en que se comercialice el compuesto RU-486 o Mifepristone, cuya principal aplicación es la interrupción del embarazo por medios no quirúrgicos. Se trata de una píldora que, administrada en dosis única en embarazos de menos de 40 días, provoca la interrupción sin necesidad de operación ni de internamiento. El hospital General de Valencia está a punto de concluir la primera fase del ensayo clínico del compuesto -experimentación con pacientes humanos-, paso previo a la autorización del medicamento, con resultados satisfactorios.

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José Antonio Díaz García-Donato, un ginecólogo de 49 años, director médico del hospital General de Valencia, es la persona que dirige en España el ensayo clínico del compuesto conocido como RU-486 o Mifepristone, una píldora que, aplicada en una sola dosis, tiene como principal función la interrupción del embarazo. Se trata de un sistema menos traumático que el quirúrgico de aspiración, habitualmente empleado con esta finalidad y que, por tanto, puede revolucionar en todo el mundo dentro de un breve plazo el carácter de las prácticas abortivas. Con José Antonio Díaz colaboran los doctores José Morteno Canovés, Javier Díaz y Miguel Barea. El RU-486 es un compuesto sintetizado por el laboratorio francés Roussel-Uclaf que impide la acción beneficiosa para el embarazo de la progesterona y provoca el desprendimiento del feto y la interrupción del proceso. Se debe a los franceses Étien Baulieu y André Ullmann y también se puede usar como agente anticonceptivo poscoital tardío y como regulador menstrual.

El ensayo clínico consiste en la experimentación con pacientes humanos del compuesto, después de haber sido ensayado satisfáctoriamente con animales, y es un paso previo obligado por la ley para que pueda ser utilizado en cada país. Cuando está a punto de concluir con resultados satisfactorios la primera fase del ensayo en España, todo parece indicar que, después de Francia, Suecia y Holanda, nuestro país será uno de los primeros del mundo en comercializar este producto.

Esta primera fase comprende la experimentación en 25 pacientes, número al que ya se ha aplicado en Valencia el medicamento. Aunque el estudio completo sólo se ha realizado en 18 casos -el resto está pendiente de que transcurran los plazos para poder establecer resultados definitivos-, únicamente ha fallado en dos, lo que supone un porcentaje de éxitos superior al 90% y similar al obtenido en los países en que se ha llevado a cabo con la dosis que hoy se considera adecuada.

Concluida la primera fase de 25 casos con sus estudios correspondientes, el hospital General de Valencia solicitará autorización al Ministerio de Sanidad y Consumo para ampliarlo hasta un número de 100.

Menores complicaciones

La información de que el ensayo clínico se estaba realizando ha hecho llegar al doctor Díaz protestas de las asociaciones contrarias al aborto. "Se centran", dice Díaz, "en que parece que, al dar facilidades a la gente, se va a animar a abortar. Yo pienso que no es así como se tiene que plantear. Respeto a los que están en contra del aborto pero aquí lo que se plantea es dar una alternativa mucho más fácil, más llevadera, tanto desde el punto de vista psíquico como fiÍsico, a la quirúrgica. No es que vayamos a aumentar el número de abortos. Lo que haremos es disminuir las complicaciones en los abortos que se tengan que hacer". Su utilización es muy sencilla y enormemente distinta de las técnicas abortivas empleadas hasta el momento. Se trata de una única dosis de 600 milígramos que se administra por vía oral, en forma de píldoras, en torno a las ocho de la tarde -al tratarse de un compuesto hormonal tiene mucha importancia el momento por su relación con los ciclos diarios del organismo- y que, por lo general, antes de los seis días siguientes produce la expulsión del feto.

Ello suele ir acompañado de hemorragias carentes de importancia, por lo general no susperiores en duración ni cantidad a las de la menstruación normal de la paciente, y, en algunos casos, de efectos secundarios leves, como dolores de bajo vientre o cabeza.

No es necesario que la persona que toma esta píldora sea internada en un centro hospitalario, aunque permanece en vigilancia médica y dispone de la asistencia que necesite, incluso de urgencia, si apareciese alguna complicación, en el centro que realiza el ensayo clínico.

"De los 18 casos en que el estudio está finalizado, ha habido dos en que no se consiguió el efecto deseado y se hubo de proceder a la interrupción del embarazo por metodos quirúrgicos. En el resto, el tratamiento ha sido efectivo; es decir, se ha producido la expulsión dentro de un número de días que es variable pero que aproximadamente se sitúa entre los dos y los seis".

"No hemos tenido ningún efecto secundario", añade el doctor Díaz, "pues no ha habido que actuar quirúrgicamente en ningún caso, salvo en los que falló, pero en ésos no fue por efecto secundario. Por ejemplo, no ha habido hemorragias de importancia. Las algias y las náuseas cuando se han producido ha sido en unos límites muy aceptables y que no son mayores que las que produce cualquier toma de hormonas de las que se suelen administrar. La edad media de las mujeres que han participado en el estudio es de 31,3 años y la paridad (número de hijos anteriores), de 2,1". En Francia, país de origen del RU-486, donde ya ha concluido un ensayo clínico realizado en varios centros, se espera que este compuesto sea comercializado antes de que acabe el presente año. Será, si es así, el primer país del mundo en hacerlo.

Suecia y Holanda, donde los estudios están muy adelantados, lo podrían comercializar en 1988. A continuación, probablemente, será comercializado en España y Portugal, y después en Estados Unidos y Canadá.

Precaución médica

Una vez concluido el ensayo clínico del RU-486 en España, probablemente será autorizada su comercializ ación aunque de manera hospitalaria. No se venderá, al menos en un primer momento, en las farmacias. "Ello es así", indica el doctor Díaz, "por una mera precaución de tipo médico. Aún no se conoce de una forma exhaustiva; no es como la píldora anticonceptiva, que tiene millones de usuarias. Esa precaución hará que haya unos controles para saber si lo que se supone hoy día sobre las propiedades del medicamento se confirma. En el futuro sí que puede plantearse puesto que, si una de las acciones sería la de actuar como la píldora del día siguiente lo que no se puede pretender es que para tomar un método anticonceptivo de ese tipo se tenga que ir a un hospital. También hay que decir que con esa indicación las dosis son menores que las empleadas para interrupción del embarazo".

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