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Crítica:MÚSICA CLÁSICA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Concierto-homenaje en Santander a Ángel Barja

Entre las jornadas que el Festival Internacional de Santander dedica a la música ya los músicos españoles, pocas alcanzarán una emoción tan intensa como el homenaje rendido a Ángel Barja en el santuario de la Bien Aparecida en la noche del pasado viernes. Barja, orensano, estaba afincado en León y mantenía muy estrechas relaciones con Cantabria. Era un músico en toda la extensión del término, en el que la excelente técnica y, el pensamiento libre y sin compromisos estéticos se doblegaban siempre a la sensibilidad. Y ésta buscaba, como necesidad irrenunciable, la belleza dentro de lo que la Iglesia de Pío X denominó, un día "bondad de formas". Nacido en 1939, murió Barja hace sólo unos meses, cuando su talento lucía plena madurez.

Su modestia artística parecía pedir perdón, en voz confidencial, por tanta belleza como creaba, instalada al margen de corrientes y de modas, y, a la vez, sabedora de los lenguajes actuales, tanto como de los pretéritos. Desde los viejos códices hasta el postserialismo, nada tenía secreto para Barja, y al asumir la historia y el presente se sumó, con sencilla naturalidad, en lo que hoy denominamos posmodernismo.

Escuchar el Planctum Jeremiae, compuesto por Barja en 1982, al lado de los pentagramas de Gesualdo supone un fuerte desafío. Sin embargo, cuando las cinco perfectas y entonadas voces de The Scolars cantaban la segunda parte de la obra, el silencio se tornó más profundo y la emoción más trémula.

Instancia poética

Como buen compositor, sabía Barja encontrar la música demandada por cada instancia poética. Ante los versos marinos de Jesús Cancio, con Gerardo Diego y José Hierro, el gran cantor del Cantábrico, la lírica de Barja mide expresiones y suaviza evocaciones a través de un sentimiento distanciado, quiero decir, perspectivo.Ante el soberbio Rodrigo de Reinosa acepta Barja la incitación de la música renacentista para construir algo totalmente suyo: unido en el estilo, diversificado en la intención.

Hay que subrayar que el quinteto vocal The Scolars -soprano, contratenor, dos tenores y bajo- es un instrumento musical absolutamente perfecto. Escuchar sus versiones de Barja Gesualdo, Byrd o Melchor Robledo es ingresar en el mundo de las altas experiencias musicales. Mientras escuchábamos a lo cantores ingleses, cualquier otro recuerdo musical aparecía como ruido más o menos distinguido. El aire de la música se cargaba del frescor y la belleza del aire físico en los verdes altos de la Bien Aparecida. Ángel Barja ha recibido del Festival Internacional de Santander el homenaje que más habría querido y el públioc se sumó a él abarrotando el santuario.

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