Manili se sitúa
Cámara /Cortés, Manili, Cascales
Cinco toros de Rocío de la Cámara, discretos de presencia, flojos, manejables; quinto, sobrero de Tulio Vázquez, cinqueño, fuerte y bronco. Manolo Cortés: dospinchazos y media atravesada (protestas); estocada corta descaradamente baja (pitos). Manili: estocada (oreja); dos pinchazos y estocada contraria (ovación y salida al tercio). Manuel Cascales: estocada corta perpendicular atravesada y tres decabeflos (silencio); pinchazo descordando (pitos y almohadillas). Plaza de Las Ventas, 9 de agosto.
Por una vuelta que dio con todo merecimiento hace quince días en Las Ventas, volvió ayer Manili a esta plaza y firmó otros contratos. Por la oreja que cortó ayer, se supone que va a situarse donde merece en el escalafón; porque es injusto que, hasta lo de la vuelta al ruedo en Madrid, las empresas le tuvieran en el paro.Manili es un torero pundonoroso y valiente, sin alharacas y sin tremendismo. En cambio, artista, no. Ayer a su primer toro le pudo sacar mejor partido, pues era noble y admitía el toreo de repertorio interpretado con exquisitez. Lejos de ello, Manili le adelantaba abusivamente el pico, lo mismo en los derechazos que en los naturales, corría la mano con rústica aridez, y sólo al final, cuando se lo pasó por la faja, planta. erguida, un conato de hierática. apostura en el dibujo del muletazo, se aproximaba al toreo cabal y bello.
Sin embargo hubo torería y, unidad en toda la faena, construída con sentido dominador; espléndida ligazón en el natural con el pase de pecho, y éste además era hondo, de cabeza a rabo. Es decir, que la falta de inspiración no restó mérito a su labor, seria y honrada, y gustó al público; que, de gustos -ya se sabe-, no hay nada escrito. Hay quien prefiere el Manili seco. No es un anuncio, pero si vale la idea, cédese, gratis. Luego, a la hora de la verdad, se fue detrás de la espada y cobró un estoconazo.
Más mérito tuvo aún en el sobrero, un cinqueño de Isaías y Tulio Vázquez. Sustituía a otro sobrero, que estaba tulll.do, y éste, a su vez, a un ejem. plar sin trapío y cojo del hierro titular. El Tulio sembró el pánico, lo lidiaron mal -sólo para castigarlo-, y se llevó en el en
sillado lomo cuatro puyazos durísimos. Pedro Santiponce prendió dos pares de banderi llas emocionantes, ganando la poderosa embestida y reunierido en la cara, que pusieron al público en pie. Y Manili salió después a los medios a probar el lado bueno del Tulio.
No tenía lado bueno el Tulio, sólo sentido, y, para que no hubiese equívocos, al segunelo muletazo ya le pegaba un sorprendente regate al torero. No se afligió por eso Manili. Procedía ahormar la bronquedad del cinqueño y eso hizo, valiente y sereno, muleteándolo (le pitón a pitón. Recompensó la afición su torería con una ovación larga, a la que hubo de corresponder desde el tercio. La cátedra lo calificó con nota.Tambien volvía Manolo Cortés a Las Ventas por una faena decorosa hace unas semanas, pero los créditos elae ganó entonces los volvió a perder. A un buen toro le aplicó pico y destemplado toreo; a otro manejable, mayor desafío. Una pena de actuación porque Cortés domina la técnica muletera como nadie. Un ayudado por bajo que dio al principio de su primera faena fue el pase más hondo y auténtico de toda la corrida.
A distinta escuela pertenece Manuel Cascales: escuela vieja y decadente que se fundamenta en el toreo vertical, sí, pero de costadillo; amanoletado, aunque sin el dramatismo que transmitía Manolete. Cascales intentó aplicar esta versión pasada del toreo, sin éxito con un toro noble, sin fundamento con otro probón. Si pretendía situarse, como Manili, no lo logró, y continúa donde estaba: un poco en el olvido, la verdad.
Babelia
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