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VERANO 87

Olvidar Buckingham

A.M., La princesa Diana de Gales quiere olvidar por unos días, durante su estancia vacacional en Palma, la rigidez protocolaria del palacio de Buckingham y el encorsetamiento social a que se halla sometida desde que dejó de llamarse Diana Spencer. Lady Di quedó encantada el pasado año por la naturalidad y espontaneidad de la familia real española, y ése fue el principal motivo por el que aceptó esta segunda invitación. Y ello aún a riesgo de sufrir el calor, que en 1986 le hizo recordar las verdes praderas de Valmoral, residencia escocesa de Isabel II.

Además de los severos controles policiales y los altos muros de Marivent, el yate real Fortuna garantizará la tranquilidad de Diana. Tras la llegada de su esposo, Carlos, los Reyes y los príncipes de Gales embarcarán en la mañana de hoy.

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En verano la vida interior de Marivent es de relajación total. Los intentos de conocer las caras del cocinero y las sirvientas palaciegas son constantes por parte de los periodistas, pero la Casa Real se niega a mostrar con detalle la residencia de los Reyes. De la estancia de Carlos y Diana sólo ha trascendido que ambos comparten una misma cámara situada en el mismo piso en el que duermen los Reyes.

Por las mañanas, todos suelen despertarse hacia la misma hora, salvo los más jóvenes, que si han salido por la noche suelen bajar a desayunar algo más tarde. Los días de regata el horario es más rígido, porque el Rey, el príncipe Felipe y la infanta Cristina, los deportistas del palacio, crean una dinámica de actividad que arrastra a todos.

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