Teherán recibe a un enviado de Gorbachov
Yuli Vorontsov, viceministro soviético de Asuntos Exteriores, llegó el domingo por la noche a la capital de Irán para discutir con los dirigentes de la República islámica la forma de mejorar las relaciones bilaterales, según informó Radio Teherán. La visita es particularmente significativa, dado que el enviado de Gorbachov viajó antes a Damasco y Bagdad. Sólo la URSS puede en la actualidad efectuar una gira como ésta.
Vorontsov se entrevistó el domingo en Damasco con el presidente sirio Hafez el Asad, el principal aliado soviético en el mundo árabe. No se conoce el contenido de la entrevista pero, dado que Vorontsov llegó a Siria procedente de Irak, es de suponer que el soviético intentó animar el proceso de reconciliación entre ambos países, uno de los principales objetivos de la política exterior de Gorbachov en la región.Siria e Irak sostienen posiciones encontradas respecto a la guerra del Golfo, al ser Damasco la única capital árabe que toma partido en favor de Teherán. Moscú quiere romper el aislamiento de su aliado sirio y está empeñado en que Hafez el Asad se abrace de nuevo con el presidente iraquí, Sadam Husein, y con el líder palestino, Yasir Arafat.
La única noticia cierta que se conoce de la actual gira de Vorontsov por tres capitales de intereses opuestos es que tiene como objetivo oficial estimular la aplicación del reciente llamamiento del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas a un alto el fuego en la guerra del Golfo. Sólo la diplomacia soviética está capacitada en la actualidad para intentar una operación semejante.
Pese a ser el principal proveedor de armas a Irak, la URSS no tiene con Irán el tipo de problemas con los que se enfrenta Francia. Gorbachov hace todo lo posible para no romper los puentes con la República islámica.
La URSS e Irán tienen importantes fronteras comunes, y una parte de sus territorios está separada por Afganistán. Moscú sabe que una ruptura total con los dirigentes iraníes le causaría más quebraderos de cabeza en Afganistán e incluso podría provocar problemas con los 50 millones de soviéticos de Asia central que son musulmanes, tres millones de los cuales, los tadzhiks, hablan farsi, la lengua iraní.
Moscú considera un hecho irreversible la revolución islámica iraní, y parece estar apostando ya por el posjomeinismo. En los últimos meses se han incrementado las visitas de diplomáticos y funcionarios a Teherán y se han reactivado las relaciones comerciales mutuas. Irán, asimismo, ha vuelto a suministrar gas a la URSS.
La diplomacia de Gorbachov está desplegando un importante esfuerzo para incrementar su influencia en Oriente Próximo y el Golfo. Los analistas destacan de esa ofensiva su carácter discreto y su voluntad de no enemistarse con ninguna de las partes.
Descrédito de EE UU
La ofensiva tiene a su favor el descrédito sufrido por Estados Unidos entre los países árabes moderados tras el estallido del escándalo Irangate. Egipto, Arabia Saudí y Jordania miran ahora con mejores ojos a los soviéticos que a los norteamericanos. Las relaciones entre Egipto y la URSS están en su mejor momento desde los tiempos de Anuar el Sadat. Salvo por la ausencia de embajadas, Arabia Saudí tiene ya plenas relaciones con Moscú. Jordania, por su parte, se ha dirigido en los últimos tiempos a la URSS para solicitar armamento.En el Golfo, la presencia soviética avanza suavemente. El muy conservador sultanato de Omán ha establecido recientemente plenas relaciones diplomáticas con Moscú. Kuwait las ha tenido siempre. La Embajada soviética en la capital del emirato de los Al Sabah tiene 150 personas.
La actual presencia espectacular de una armada norteamericana en el Golfo, calificada por Moscú de "provocación" respecto a los iraníes, ha hecho olvidar que la URSS fue el primer país en poner bajo su protección a un petrolero kuwaití.
Tres petroleros soviéticos transportan crudo del emirato, y uno de ellos, el Mariscal Chuikov, chocó con una mina iraní la pasada primavera. Pero al contrario que Washington cuando el Bridgeton tuvo un contratiempo semejante, Moscú no dio demasiada publicidad al incidente. Mantener lazos con Teherán le parece más importante que hacer ruido a causa de un agujero en el casco de uno de sus buques.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.