Asesinado un ministro filipino conocido por su anticomunismo

El ministro del Gobierno filipino Jaime Ferrer, de 72 años, conocido por su anticomunismo, resultó muerto ayer en una emboscada tendida por tres hombres armados en las afueras de Manila, según informó la familia del fallecido. Los atacantes lograron darse a la fuga en un automóvil, de acuerdo con fuentes policiales.

Al menos tres hombres abrieron fuego sobre el coche de Ferrer, ministro de Administración Territorial, que cruzaba sobre un puente en el barrio de Paranaque, cerca de su domicilio, señaló Wally Ferrer, hermano del ministro. Herido de muerte, Jaime Ferrer llegó sin vida a una clínica privada próxima al lugar del atentado, que se produjo a las 18.45 hora local (12.45, hora peninsular española). De acuerdo con la emisora DZRH, el ministro resultó alcanzado por nueve balas. En el atentado murió también el chófer del alto funcionario.El jefe de las fuerzas de seguridad, general Alexander Aguirre, declaró que el coche utilizado por los asesinos en su huida fue hallado no lejos del lugar de la emboscada, y el hecho de que se encontraran manchas de sangre en su interior indica que uno de ellos podría haber resultado herido.

Wally Ferrer manifestó que su hermano, conocido por su anticomunismo y por ser un entusiasta defensor de las milicias de derecha, había recibido amenazas de muerte en varias ocasiones por parte de desconocidos mucho antes del atentado que ha acabado con su vida. Sin embargo, el ministro nunca solicitó escolta, agregó el hermano del fallecido.

Destitución de desleales

Jaime Ferrer se granjeó igualmente enemistades al destituir a los responsables locales cuya lealtad hacia la presidenta Corazón Aquino podía ponerse en tela de juicio. El secretario de Prensa de la presidencia, Teodoro Benigno, manifestó encontrarse "totalmente trastornado y estupefacto por este asesinato sin sentido". Benigno calificó a Ferrer de "hombre de una integridad absoluta" y "uno de los pilares del Gobierno".Numerosos responsables políticos acudieron a la clínica a la que habían sido trasladados los cuerpos del ministro y de su chófer, y donde los militares impedían el acceso de los medios de comunicación.

Ernesto Maceda, un ex colega de Ferrer en el Gobierno, señaló que había recibido informaciones, antes de la apertura, el pasado lunes, de las sesiones del Congreso recientemente elegido, que indicaban que se estaban preparando asesinatos de miembros del Gobierno o de otros altos cargos políticos.