Seguridad ferroviaria
Es de referencia la carta enviada por don Antonio José Hernando sobre expedientes por drogas en Renfe, publicada el 20 de julio de 1987.En ella, el señor Hernando, aunque se identifica como cliente del ferrocarril, deja entrever unos conocimientos de Renfe que hacen sospechar su vinculación a esta empresa, no como ferrovario propiamente dicho, sino como neodirigente o similar. Que me perdone si estoy equivocado.
Se extraña de que los magistrados revoquen las sanciones impuestas por Renfe en su loable actitud encaminada a ofrecer
una mayor seguridad a quienes utilizan el tren.Quiero aclararle al señor Hernando, sin ánimo de polémica, sea o no dirigente de Renfe, que los magistrados no revocan una sanción sin conocimiento de causa, sino que, sabiamente, han entendido que no se daban las circunstancias previstas en el artículo 54.f) del Estatuto de los Trabajadores para sancionar ni despedir, desprendiéndose de sus sentencias que Renfe, por enésima vez, sanciona injustamente a sus trabajadores.
En cuanto a la seguridad de quienes utilizan el tren -Seguridad con mayúscula, que entendemos los verdaderos ferroviarios-, más que de un porro depende de que los trabajadores ferroviarios no se vean obligados a efectuar jornadas excesivas, a que se les respete el descanso entre jornadas, el descanso semanal, las vacaciones anuales, etcétera.
También repercute muy mucho la falta de personal en las brigadas, la carencia de materiales de repuesto, la nula vigilancia de las instalaciones y de la vía, el abandono en que se encuentra el ferrocarril en nuestro país.
Pese a todo, le aconsejo al seflor Hernando que continúe utilizando el tren; que, si algún ferroviario se fuma un canuto en su día de descanso, es menos peligroso que las copas que todos tomamos y que no se detectan tan fácilmente; que la seguridad de los clientes del ferrocarril está más que garantizada por la responsabilidad y sentido del deber de los trabajadores ferroviarios.-
Maquinista de Renfe. Miembro del comité C-1 de Madrid.
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