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El Gobierno reitera que no reconoce la ocupación del Reino Unido sobre el istmo de Gibraltar

EL PAÍSEl Gobierno, a través de su ministro de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, reiteró ayer a este diario que no reconoce la ocupación británica del istmo de Gibraltar. El Gabinete responde de esta manera a unas declaraciones de sir Geoffrey Howe, secretario del Foreign Office, publicadas ayer en EL PAÍS, donde manifestó que el istmo del Peñón se encontraba bajo jurisdicción británica. "El istmo ha sido ocupado por los británicos en distintos momentos del siglo XIX, marcando esa ocupación con la construcción de la verja en la primera década del siglo XX", dijo Fernández Ordóñez.

"España ni cedió en Utrecht ni ha aceptado después esta ocupación de facto. No se trata sólo de un problema jurídico sobre el título, sino de un problema político único sobre el conjunto del territorio al sur de la verja bajo administración británica, es decir, peñón e istmo", comentó el ministro. "Este problema político es el de la descolonización del conjunto y la consecuente reconstitución de la integridad territorial española", agregó el ministro de Asuntos Exteriores español."España respeta los intereses de la población de Gibraltar en cualquier proceso descolonizador y ha ofrecido a Gran Bretaña que esta población pueda conservar, si lo desea, su nacionalidad británica, así como su régimen económico y fiscal, identidad cultural e idiomática y nivel de auto administración local", añadió el ministro en réplica a lo expresado por Howe, quien insistió en el protagonismo de los gibraltareños en cualquier acuerdo futuro.

"Gibraltar es la única colonia que aún existe en Europa. Es una colonia de un país de la CE en otro país de la CE, y de este hecho anormal no pueden derivarse consecuencias normales", dijo Fernández Ordóñez. "No puede olvidarse ni ignorarse", manifestó "que la situación de Gibraltar es de naturaleza colonial, tal como lo han reconocido las Naciones Unidas -que son las competentes en materia de descolonización- en las resoluciones de la Asamblea General números 2.325 y 2.429 y otras muchas, en las que explícitamente se dice que esa situación destruye la integridad territorial de España y había de ponerse fin a la misma antes del 1 de octubre de 1969".

"No se trata, pues, de ninguna novedad", prosiguió el ministro español. "Coherentemente con esta situación, España y Gran Bretaña convinieron, primero en Lisboa [el 10 de abril de 1980] y luego en Bruselas [el 27 de noviembre de 1984], iniciar una negociación bilateral a fin de solucionar todas sus diferencias sobre Gibraltar. Este acuerdo bilateral supone, pues, el cumplimiento del mandato descolonizador, y así se lo comunicamos ambas partes a la Asamblea General de la ONU en 1985 y 1986".

A Fernández Ordóñez le resulta "pintoresco" pensar que "el simple hecho de la adhesión de España y de Gran Bretaña a la CE vaya a modificar la naturaleza colonial del territorio de Gibraltar; antes y después de esas adhesiones, Gibraltar era y sigue siendo una colonia". "España y Gran Bretaña reservaron sus posiciones respecto a Gibraltar mediante un canje de notas el 13 de junio de 1985. Lo único que ha sucedido es que el anacronismo gibraltareño puede plantear ahora de cuando en cuando problemas en la Comunidad. Resulta obvio que España no es responsable sino víctima de estos problemas", dijo el ministro.

Contencioso del aeropuerto

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Francisco Fernández Ordóñez, preguntado sobre el contencioso del aeropuerto de Gibraltar indicó que "Gran Bretaña pretendía que en esta norma se incluyese al aeropuerto de Gibraltar como aeropuerto británico, a pesar de que el mismo está construido en el istmo gibraltareño, que ni siquiera fue cedido por España en el Tratado de Utrecht".

"España, que aceptó las normas comunitarias ya existentes al tiempo de su adhesión, no puede participar en la aprobación de nuevas disposiciones comunitarias que sean contrarias a sus posiciones de principio", añadió el ministro de Asuntos Exteriores. "La inclusión sin, rángún acuerdo político previo bilateral del aeropuerto de Gibraltar como aeropuerto británíco en el paquete de liberalización del transporte aéreo signíficaría una renuncia unilateral de nuestros derechos sobre el mismo, además de poner en peligro la negociación hispano-británica sobre Gibraltar", agregó. En opinión del ministro de Asuntos Exteriores existe "un enorme desequilibrio en nuestras posiciones, ya que España acepta la totalidad del paquete para todos los aeropuertos europeos excluyendo sólo el de Gibraltar -que, por cierto, carece de todo tráfico regular intracomunitario-, mientras que Gran Bretaffla parece dispuesta a impedir que el paquete se aplique err toda Europa si no incluye precisamente a Gibraltar".

Preguntado el ministro sobre los efectos que tuvo la apertura de la verja en febrero de 1985, Fernández Ordóñez señaló que "ha facilitado los contactos entre la población del Campo de Gibraltar y la del peñón, con notable beneficio para esta última". "Pero no es el momento de hacer balances económicos, cuando el problema es político y nada más que político".

Fernández Ordóñez agregó que los gibraltareños "pueden confiar en la disposición española, por lo que a sus intereses respecta, de la que ya han tenido numerosas muestras, y los británicos saben que pueden seguir confiando en la sensatez española. Yo por mi parte tengo una confianza absoluta en que Gran Bretaña cumplirá su obligación de negociar con España, libremente contraída por la Declaración de Bruselas, y que lo hará de buena fe, lo cual, como es sabido, se entiende en derecho internacional como abstenerse de medidas o posturas que priven de sentido o de contenido a la negociación".

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