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Invasión de libélulas en la Embajada de España en Etiopía

Una auténtica nube de libélulas invadió en la noche del sábado la residencia de la Embajada de España en Etiopía y obligó a la movilización de todo el personal diplomático de la delegación.

La nube de libélulas, de gran tamaño, con alas de más de 15 centímetros e integrada por varios cientos, hizo su aparición por sorpresa sobre las nueve de la noche, al encender el embajador, Amador Martínez Morcillo, las luces interiores de la residencia. El embajador y el secretario de embajada, Eduardo López Busquets, intentaron con escasa fortuna acabar con los insectos, tras comprobar que no se trataba de una plaga de las famosas langostas que recorren el este de Etiopía, sino de algún tipo de libélula en fase de mutación.

La cantidad de insectos era de tal volumen que se vieron obligados a recabar la ayuda de los policías etíopes que montan guardia delante de la residencia para que entre todos y armados con escobas, mantas y otros utensilios pudieran acabar con la nube de insectos.

En cualquier caso, la irrupción de las libélulas fue quizá más espectacular, pero a buen seguro menos molesta, que la masiva irrupción de pulgas en el hotel donde residen los casi 300 periodistas acreditados ante la cumbre de la Organización para la Unidad Africana (OUA).

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