El ministerio fiscal pide 37 años de prisión para un experto en fugas
El ministerio fiscal solicitó ayer la imposición de 37 años de prisión para Ricardo del Estal, un recluso experto en fugas que intentó evadirse del hospital Clínico de Barcelona en diciembre de 1985. Está acusado de asesinato frustrado, lesiones, atentado y quebrantamiento de condena. La huída acabó con el balance de un policía nacional herido de gravedad y una enfermera con lesiones leves.
Del Estal, conocido como El Dele, ya había conseguido fugarse en 1982 de las mismas dependencias del Clínico, aunque al cabo de una año fue detenido nuevamente. Este delincuente, de 28 años de edad, fue trasladado desde la cárcel Modelo al hospital Clínico después de alegar que se había dado un fuerte golpe. Según el relato del fiscal, cuando el recluso permanecía a la espera de ser sometido a exploraciones radiológicas, espesado a una camilla y vigilado por dos policías uniformados, "unas personas desconocidas se acercaron al preso y le introdujeron entre las ropas una pistola Star".
El fiscal sostuvo ayer, durante el juicio celebrado en la Sección Primera de lo Penal de la Audiencia de Barcelona, que cuando los facultativos terminaron el reconocimiento, el preso avisó a la policía para que le volvieran a esposar, momento que aprovechó para disparar contra ellos. El policía nacional José Antonio Rodríguez Gómez resultó herido de gravedad al ser alcanzado en el abdomen. La enfermera María Teresa Solé recibió un impacto de bala en el tobillo derecho.
La defensa del recluso alegó en el informe que no había quedado demostrado en el sumario de qué arma procedían las balas que hirieron al policía y, en este sentido, manifestó la posibilidad de que salieran de la pistola del otro policía. Un perito declaró en el juicio que no se había podido determinar de qué arma procedían las balas disparadas.
El arma ocupada al recluso era una pistola Star de 9 milímetros y, según los registros policiales, fue sustraída a un agente.
Origen de la pistola
Del Estal negó ayer ante el tribunal que alguna persona le entregara el arma en el hospital Clínico y afirmó que la pistola ya la llevaba consigo cuando salió de la cárcel. Según su declaración, antes de salir de la prisión escondió el arma junto a los genitales con intención de fugarse. Los funcionarios de la prisión, que cachean a todos los reclusos que salen del recinto, no observaron la existencia del arma.El forense que le sometió a un reconocimiento psiquiátrico señaló en el juicio que Del Estal no sufre ningún trastorno mental, pero es toxicómano. El preso juzgado ayer logró fugarse del Clínico, utilizando el mismo sistema, en marzo de 1982. Del Estal tiene numerosos antecedentes policiales y actualmente estaba en la cárcel cumpliendo la condena de la anterior fuga, de siete años de prisión, y otra por su participación en un robo con homicidio.
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