Susan Seidelman: "La comedia me permite decir cosas que son muy serias"

En la primera jornada de l Festival de Cine de Barcelona han coincidido en la ciudad las directoras Susan Seidelman (Buscando a Susan desesperadamente) y Gunnel Linblod (Villa Paraíso) y el escenógrafo Alexandre Trauner. Ambas mujeres presentaron ayer su tercera película: Seidelman, Making Mr. Right, fábula de los amores entre una joven y un androide, y Linblod, Summer night on the planet Earth. Por su parte, Trauner ha inagurado una exposición en Dan al Set y una retrospectiva de su trabajo como decorador de películas en la Filmoteca. Seidelman, que en otoño iniciará su próximo filme, de gánsteres, manifestó que "la comedia me permite decir cosas muy serias".

Sobre la visión de Nueva York que proporcionan sus filmes, la directora de Smitheerens y Buscando a Susan desesperadamente señaló que "hay mucho por decir todavía de la ciudad; está hecha de secciones, y el barrio en que yo Vivo, en el Village, es muy diferente del de Woody Allen -mi héroe- o del que retrata Scorsese, Little Italy. Nueva York juega un papel importante en mis películas. Se puede decir que es un personaje más".Makin Mr. Right, "es una película irónica; no he querido decir literalmente que no hay hombres buenos y que es necesario fabricarlos; quería hablar de problemas de relación entre hombres y mujeres y he hecho una metáfora. Situé la película en un ambiente de ficción científica, pero no porque me interese el género; para mí, se trata de una sátira social, donde el robot es el gancho, pero donde lo importante es la exposición de una política sexual". La realizadora disintió de que el filme tenga un final feliz: "No sé si puede considerarse que una mujer y un robot sean felices juntos" (risas). "Lo que realmente quería era un final agridulce; que hiciera pensar".

Para el androide "he tomado prestados claramente rasgos de los clásicos del fantástico, Frankenstein, mister Hyde... Una de las cosas que me gusta es coger mitos antiguos y darles la vuelta -también a las fórmulas típicas, como boy meets girl-; Buscando a Susan desesperadamente está basada mucho en Alicia en el país de las maravillas". Para este filme eligió a Madonna "a pesar de los productores, que decían que no era lo suficientemente famosa; hay que pensar que en aquella época Rossana Arquette era mucho más conocida que ella".

Actriz de Bergman

La directora sueca Gunnel Lindblom trajo ayer la película Summer Nights at The Planet Earth. Es la tercera película de Lindblom, que antes de dirigir ha sido una de las actrices favoritas de Ingmar Bergman y ha participado en El séptimo sello, El manantial de la doncella, Los comulgantes y El silencio.Gunnel Lindblom comenzó a dirigir en 1934 producciones teatrales y estrenó en 1978 su primera película, Villa Paraíso, que tendría una calurosa acogida en Barcelona. En los últimos diez años ha dirigido principalmente teatro clásico, de Shakespeare a lbsen. Es además miembro de la compañía del Real Teatro Dramático de Estocolmo.

En las películas de Lindblom, los personajes son, según la directora, "seres humanos que reaccionan contra una sociedad cada vez más nlecánica y fría, pero que vuelven su tristeza o su rabia contra otros seres humanos, no contra la sociedad que les ha engendrado". "Algunos creen que los suecos no somos muy apasionados", explica la actriz, "lo somos, pero se manifiesta con retraso. Tenemos una forma característica de esperar. No hay diálogo durante mucho tiempo, y cuando por fin aparece es una explosión de angustia y miedo". Una acumulación de tensión como ésta es el tema de Summer Nights at The Planet Earth.

Tres hermanas y sus parejas se reúnen cada verano con su madre en una casa de campo sueca. Lindblom recoge crisis matrimoniales, frustración profesional y el gran deseo de la única hermana soltera de tener un hijo. Este afán de maternidad desencadenará un drama familiar. En los personajes y los espacios se nota la influencia del maestro Bergman.

El escenógrafo Alexandre Trauner es motivo de un doble homenaje en la actual edición del festival. Alexandre Trauner es, desde su condición de virtuoso en el arte del trompe l'oeil, de ganador de un óscar y de colaborador de cineastas como Wilder, Welles, Carné-Prevert, Losey o Huston, la encarnación de un pasado que se quiere rememorar.

La historia de la escenografía cinematográfica no podría diferenciarse de la estricta historia del cine. "Con Meliès se empezó construyendo unos decorados en un estudio luminoso, con el techo y paredes de cristal", explicó. "El sonido obligó a encerrar el estudio, a convertirlo en un lugar ciego en el que todo, sonido e imagen, se hiciera artificialmente". Esto es, a grandes trazos, lo que ha sucedido.

Y todas aquellas polémicas que surgieron entre profesionales sobre la necesidad del color o la oportunidad del blanco y negro para la construcción de los decorados devienen, para el escenógrafo Trauner, una simple cuestión de miseria: "Por ejemplo, en el western ¿cómo podría pintarse un desierto en blanco y negro? Reconozco que es una simple convención, de delimitación de los elementos en juego en una escena, pero me parece absolutamenté imprescindible mantener la ilusión incluso entre quienes trabajan en el filme. ¿Cómo sino podría pedírseles una buena interpretación a los actores? Basta con seguir una única regla para obtener lo que se desea: pensarlo y hacerlo todo en función de que el espectáculo sea creíble".