Un mono mecánico
"La pregunta que debe plantearse el escritor ante el ordenador es: ¿cómo conseguir que lo haga la máquina?. El hombre ha de hacer un ordenador a su imagen y semejanza, no una inteligencia artificial sin cultura ni sensibilidad y sólo capaz de labores mecánicas de repetición. Al artista corresponde pervertir a la máquina entrenada en la repetición, dotarla de anarquía y sensibilidad". Con estas ideas Louis-Philippe Hébert cambió el tono que habían tenido las conferencias del congreso. La informática no era ya la amenaza anunciada por LLuís Racionero, capaz de convertir la mentalidad del escritor en una "mentalidad de contable, sistemática", sino una tecnología concebida como el ser humano.Racionero había declarado: "Veo al ordenador como una pluma, nada más. El cerebro es la gran herramienta que funciona por asociación de ideas". Hébert expuso la orientación del trabajo que un equipo de distintos especialistas han realizado en Canadá en los últimos diez años. Se propusieron apropiarse de los programas informáticos más recientes y refinarlos para hacerlos capaces de una escritura de ficción autónoma.
Para dominar las posibilidades que da esta herramienta en el mundo de la ficción hace falta una primera etapa de "desaprender" a escribir. Ya no se escribe en la superficie de una hoja de papel, sino en el interior de un cubo. Un nuevo espacio mental acaba de abrirse. En él, la relación corrección-concepción es ilimitada. Además, por la interconexión de terminales, el ordenador permite el trabajo sincronizado de varios autores sobre el mismo texto. La tradición ha convertido la facultad de imaginar en la expresión última de la vida humana. Es el espacio tabú de la "inspiración". Pero no es posible sostener que una actividad humana no sea mecánica; que no se pueda analizar, aislar unas constantes y repetirlas a voluntad. Al imaginar, el hombre se vuelve un mono que imita un fenómeno observable. Pero al crear su propio mono mecánico en el programa, según Hébert, se está dotando de prótesis que ensanchan su campo de acción.
