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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Memoria del hijo

A mis 68 años, y después de pasar por las penalidades que la guerra y la dictadura franquista nos acarreó a quienes defendimos la causa republicana, una creía estar ya curada de espanto. Y más teniendo en cuenta que a un hijo mío y a mi nuera embarazada, Raúl Calero y Arcones y María, del Carmen López, los mató la Guardia Civil, de esto hace ahora ocho años, y que, además, tengo en la actualidad otro hijo preso por motivos políticos. A pesar de esto, mi capacidad de asombro aún no tiene límite ante cosas como las que me han ocurrido recientemente.Hace una semana, cuando volvía con mi hijo y tres amigos de visitar el cementerio donde está enterrado mi hijo, y tras depositar unas flores en el lugar de su muerte, fuimos detenidos por la Guardia Civil y conducidos a la comandancia de este cuerpo en Cuenca. Allí fuimos interrogados, viéndonos obligados a permanecer durante toda la tarde y la noche sentados en una silla, hasta que al día siguiente pasamos a disposición del juez. Éste decretó nuestro ingreso en la prisión de Cuenca bajo la increíble acusación de "apología del terrorismo". En ella hemos permanecido cinco días, hasta que fuimos puestos en libertad bajo fianza de 25.000 pesetas.

Parece increíble que cosas como ésta ocurran en una sociedad que se dice democrática. Pero más indignante aún es la justificación que de esto han hecho algunos medios de información. Se ha llegado a hablar de la detención de un peligroso comando de los GRAPO, y en su propio periódico, con fecha del 16 de junio, se dicen cosas como que fuimos detenidos por desplegar una pancarta "en favor de los GRAPO" o que mi hijo murió tras saltarse un control. Ambas cosas son falsas. Es cierto que en el lugar de los hechos había una pancarta, pero se limitaba a señalar el lugar donde habían ocurrido las muertes y a sus autores. Mi hijo y mi nuera murieron por disparos de la Guardia Civil cuando el coche en el que viajaban se detuvo en el control y estaban siendo identificados.

Me consta que sobre estos hechos y nuestra detención EL PAÍS ha tenido acceso a otras informaciones, por lo que hacerse eco sólo de las policiales dice mucho de la honestidad, objetividad e independencia de este periódico. Y me pregunto qué tipo de libertades reales hay en este país cuando una madre es encarcelada y procesada por recordar la memoria de su hijo muerto.-

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