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Crítica:CABARÉ
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Fama de falsete

La sala Elígeme es un local sincrético e ilustrado que ha adquirido justa nombradía por su ambiente liberal y por la impecable programación de sus espectáculos. En Elígeme se tocan todos los géneros Y en esta ocasión le ha correspondido el turno al género ambiguo, o quizá epiceno, representado por Fama, una criatura que estuvo a punto de ser mujer pero se quedó a las puertas por un despiste de la naturaleza.Fama canta como una sirena, no dejando dudas sobre su problemática vocación femenina. Domina el falsete con entusiasmo hasta el punto de que algunas veces, si uno cierra los ojos, parece que está escuchando a Paloma

San Basilio. Claro que las sirenas no son tales por su manera de cantar, sino por su manera de comportarse. Fama es una sirena novicia, y cuando finaliza un tema no sabe qué hacer con las manos, ni sabe qué decir, no sabe cómo llenar el vacío, no sabe qué hacer con su cuerpo y sus ilusiones. Y justamente ahí radica el embrujo de las sirenas.

Fama

Interpretación y dirección. Piano y guitarra, José Manuel Yanes. Con la colaboración del actor Enrique López. Sala Elígeme. Madrid. Hasta el 12 de julio.

Un espectáculo de cabaré no se resuelve con el simple hecho de cantar como los ángeles o como las bienaventuradas, tema tras tema, gorgorito tras gorgorito, con intermedios fláccidos e insípidos que desconciertan a los espectadores y dispersan a las musas. Un cabaré no es ni una letanía ni un rosario. Y lo que Fama ofrece es un rosario de canciones que han dado la vuelta al mundo. Se queda uno pasmado ante la habilidad de su garganta, pero falta magia, falta morbo y falta despendole. Y eso es precisamente lo, que los adictos del cabaré van a buscar en él de madrugada, por muy ilustrados que sean.

De Fama se puede decir, a pesar de todo, algo parecido a lo que se decía de Mío Cid: "Qué buen vasallo si hubiera buen guión". Es una pena que, siendo un buen artista con mucha madera, quede todo en blandura y falsete, en espectáculo anodino. Fama está pidiendo a gritos un guión, una dirección escénica y una coreografía. Porque el programa es ambicioso: desde temas de películas famosas, baladas y clásicos del jazz hasta Concha Piquer, Edith Piaf y Mina, pasando por boleros, sambas, tangos y fados. Todo ello cantado en directo sin trampas y, como decíamos, con portentosas facultades. El actor Enrique López, vestido de gato, merodea poi el escenario como un alma en pena sin un cometido específico. Luego resulta que canta dos o tres temas y que lo hace muy bien. Pero el gato está desaprovechado.

La ensalada de Fama puede ser exquisita y enervante, pero necesita mucha sal, ajo, perejil y algunas dosis de pimiento bien picante. De lo contrario seguirá siendo una Fama de falsete.

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