Violencia en Seúl y las principales ciudades sureoreanas en una jornada de lucha por la democracia
Decenas de miles de personas exigieron ayer en Seúl y las principales ciudades de Corea del Sur elecciones directas, en una jornada de lucha por la democracia convocada por la oposición, mientras el régimen de Chun Doo Hwan mostraba su firmeza con violentas carpas policiales. Durante horas, en las calles de la capital se respiró el aire viciado por los gases lacrimógenos. Decenas de personas fueron detenidas, incluido el líder del principal partido de la oposición, Kim Young Sam, liberado, más tarde. Las autoridades impusieron de nuevo el arresto domiciliario a otro dirigente opositor, Kim Dae Jung, 24 horas después de levantada la medida.
"El apoyo popular nos ha demostrado que hoy la democracia está más cerca que nunca", dijo Kim Young Sam al hacer balance de una jornada de lucha por la democracia que, según sus organizadores, movilizó a unas 100.000 personas en Seúl, 70.000 en Taengu, 70.000 en Pusán y unas 300.000 en Kwuangju, donde se consideraba que la ciudad, de unos 900.000 habitantes, estaba anoche prácticamente tomada por la población.El Partido para la Reunificación Democrática (PRD) había convocado la gran manifestación en la jornada de ayer, junto a otras organizaciones cívicas y religiosas, con el deseo de mostrar el apoyo popular a sus reivindicaciones.
El presidente, Chun Doo Hwan, respondió con la aplicación de medidas estrictas de seguridad para intentar impedir las marchas de protesta. Unos 60.000 policías permanecieron en estado de alerta en todo el país.
El dirigente opositor Kim Young Sam, no excluyó la hipótesis de una réplica del Gobierno, con una ley marcial "que sólo podría durar unos meses sin solucionar las cosas".
La radicalización del conflicto entre oposición y poder llega después de un intento de diálogo esbozado el pasado miércoles con la entrevista entre el presidente Chun y Kim Young Sam, en la que se no se llegó a ningún acuerdo sobre el punto clave de esta crisis: la modificación constitucional que conduzca a una elección directa del presidente en febrero próximo -momento en que el ex general y presidente Chun, que llegó al poder a través de un golpe militar, promete retirarse- o la convocatoria de un referéndum nacional para que sean los ciudadanos surcoreanos los que decidan qué tipo de elección presidencial desean.
Detención entre el tulmulto
Kim Young Sani salió ayer de la sede de su partido, en el centro de Seúl, para intentar encabezar la protesta pacífica. Eran las seis de la tarde (once de la mañana, hora peninsular española). Nada más pisar la calle e intentar desplegar una gran bandera nacional surcoreana, un grupo de policías le detuvo en medio de un gran tumulto popular de sus seguidores. Tres horas más tarde fue liberado. "Le llevaron cerca del aeropuerto de Kimpo", dijo un portavoz del PRD, para alejarle del centro de la ciudad. Posteriormente fue puesto en libertad.
En cuanto a Kim Dae Jung, su casa fue rodeada de nuevo por policías, al despuntar el día de ayer, "con intención de protegerle", según fuentes policiales. "En realidad", dijo, "estoy otra vez bajo arresto domiciliario.
Fue también a esa hora cuando comenzaron las manifestaciones en varias partes de Seúl, acompañadas de un coro unísono de bocinas de los automóviles, en un gesto generalizado que rompe los esquemas habituales de que eran sólo los estudiantes quienes se manifestaban.
"Escriba que yo no soy un estudiante y estoy también por la democracia", explicó, en inglés, un surcoreano de 54 años, empleado de unos grandes almacenes, mientras sus ojos Horaban, cubiertos con un trozo de bolsa de plástico transparente, y tosía por los efectos del gas lacrimógeno, en las inmediaciones de la catedral de Myongdong, cuyas calles adyacentes habían sido cortadas por cordones policiales después de un par de horas de batalla con los manifestantes.
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