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Aplazada la vista por el incendio del auditorio Manuel de Falla, en Granada

La primera sesión de la vista oral contra José Provencio, acusado de incendiar el auditorio Manuel de Falla, de Granada, fue suspendida ayer por incomparecencia de un testigo, a petición de la acusación particular promovida por el ayuntamiento granadino. Provencio, de 28 años, trabajó en el centro cultural, del que fue despedido.

La defensa pretende demostrar la incapacidad mental del acusado, mientras que la acusación intenta demostrar su animadversión, fruto del despido, como motivo del incendio. Curiosamente, el juicio comenzó en la Audiencia Provincial horas después de que fuera reabierto con todos los honores el centro siniestrado.Uno de los testigos propuestos por la acusación, empleado del centro, declaró que Provencio visitaba con frecuencia el auditorio una vez despedido, y que un mes antes del siniestro, ocurrido el 11 de agosto de 1986, declaró, refiriéndose al equipo de gobierno municipal: "Esos hijos de puta se van a enterar". Sin embargo, dos funcionarios del cuerpo de bomberos citados por la defensa apenas pudieron aportar algún detalle nuevo sobre las causas del incendio. Los bomberos realizaron un primer informe horas después del siniestro, en el que mostraban su convicción, según los indicios recogidos, de que el fuego fue intencionado.

Dos psiquiatras, llamados por la defensa, afirmaron que la edad mental del acusado es de un niño de ocho o nueve años. En las conclusiones provisionales, el fiscal pide diez años de reclusión, y la acusación particular, 14.

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