El museo Mauritshuis, de La Haya, reabre sus puertas tras cinco años de obras
El museo Mauritshuis, de La Haya, el más importante de los Países Bajos tras el Rijksmuseam de Amsterdam, abre mañana sus puertas al público después de cinco años de reformas. El edificio, que alberga 13 cuadros de Rembrandt y otras obras de pintores del siglo XVII, conocido por su carácter tradicional e íntimo, quiere estar en la primera fila del mundo museístico de finales del siglo XX.
ENVIADO ESPECIAL, La reina Beatriz presidió ayer la ceremonia oficial de reapertura del museo, que espera recibir 200.000 visitantes al año. Como invitado a la ceremonia de apertura, celebrada en la Gran Sala de los Caballeros, se encontraba el barón Von Thyssen, que es presidente de honor de la fundación Amigos del Mauritshuis y ha regalado la copia en mármol de la estatua de Juan Mauricio de Nassau. Preguntado sobre sus preferencias museísticas para el inmediato destino de su colección de arte, dijo que le gustaban más los museos antiguos que los modernos. ¿Más antiguo que el palacio de Villahermosa, de Madrid? Sólo respondió: "Villahermosa tiene las paredes antiguas y dentro es moderno".La reina Beatriz forma parte de la imagen del museo en una serigrafía de Andy Warhol, situada en la zona de tránsito entre la cafetería y la biblioteca, frente a una copia de la estatua de Juan Mauricio de Nassau hecha por B. Eggers. El edifico, renacentista palladiano, construido por Pieter Post, según planos de Jacob van Campen, entre 1633 y 1644, por encargo de Juan Mauricio de Nassau, gobernador general de Brasil, ofrece una nueva imagen arquitectónica más cercana al original, tras sufrir un devastador incendio en 1704 y diversas modificaciones a lo largo de estos últimos siglos. Mauritshuis significa casa de Mauricio, y, según los discursos oficiales de estos dos días de inauguración, hay un compromiso para que el museo no pierda la intimidad.
885 millones
La profunda reforma del Mauritshuis, que ha costado 885 millones de pesetas, era necesaria, según su director, Hans Hoetink, por dos razones: el aire acondicionado para la buena salud de las pinturas y la expansión del museo para nuevos servicios culturales. La sorpresa surge desde la misma entrada. El visitante penetra, en la casa y en el vestíbulo encuentra las primeras pinturas, familiares de Nassau. Recibe una hoja con las instrucciones de cómo comportarse y al final del recorrido le esperan las tiendas con toda la parafernalia habitual (hay Mauritshuis en estuches y en cojines) y la caja, donde le cobran 6,50 florines (unas 400 pesetas).En la reforma, cualquier objeto o material empleado está pensado en términos de proyecto. El museo tiene 350 obras, distribuidas en 15 salas que ocupan los dos pisos del edificio. La obra ha sido proyectada por los arquitectos Hans Mol y Theo Tempelman. Los dos sótanos que se incorporan de nueva estructura contienen varios departamentos como el depósito, con 200 cuadros, una biblioteca y centro de estudios, cafetería y servicios. En total, el museo ha aumentado en 1.700 metros cuadrados.
La estrella del Mauritshuis es Rembrandt, el maestro del claroscuro, que nació en Leiden en 1606 y murió en Amsterdam en 1669. La reforma tampoco ha puesto en un lugar de privilegio al máximo representante del barroco holandés en su siglo de oro. Sus cuadros están dispersos en varias salas del primer piso, junto a otros maestros menores de la escuela holandesa. Incluso un retrato de su padre, Molinero, está en las jaulas del depósito de la obra no expuesta. Entre las 13 pinturas que tiene el museo figuran dos autorretratos, uno a lo 24 años y el otro fechado en el año de su muerte. También está una obra maestra, Lección de anatomía del doctor Tulp. En la misma pared, Dos negros y La presentación de Jesús en el templo. No hay que andar mucho par chocar con Homero o David tañe el arpa ante Saúl. El museo con tiene además obras de Vermeer, Rubens, Breughel, Poter, Van Tyck, Holbein, Hals, Steen y Velde.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.