Romanticismo con Zylis Gara
Dice la inolvidable Giulietta Simionato que el problema más grave de los cantantes actuales es la falta de personalidad. Voces hay, escuelas también, pero ese algo que convierte a un artista en inconfundible no abunda.Teresa Zylis Gara no es de las que se encuentran en este pequeño reducto, pero posee, y más exactamente poseyó en mayor grado, muchas de las otras características: una voz de bello color de soprano lírica, una indudable línea de canto, temperamento y gusto en el decir. Sabe, sobre todo, hacer volar las melodías románticas de ese repertorio que ella seleccionó en exclusiva para su presentación madrileña, tiñendo su recital, eso sí, de un punto de monotonía y edulcoración que sólo rompieron las propinas.
Zylis Gara
Teresa Zylis Gara, soprano; Christian Ivaldi, piano. Obras de Moniuszko, Chaikovski, Rachmaninov y Dvorak. Teatro Real. Madrid, 27 de mayo.
Las canciones de su compatriota polaco Moniuszko sirvieron de aperitivo al plato fuerte de la velada, que resultaron ser las de Chaikovski. Entre éstas destacaría La malmaridada por su profundo sentimentalismo no exento de dolor contenido, que tuvo puntual traducción en la versión de Zylis Gara. Sus actuales limitaciones en el registro agudo, más de una vez tenso y casi calante, se manifestaron ya en la más temperamental de este autor, Marido viejo, para convertirse en más evidentes en las piezas de Rachmaninov, donde, por otro lado, hubo momentos muy logrados. Éstos lo fueron menos frecuentes en Las canciones gitanas, de Dvorak, que cerraron un recital dignamente acompañado por el pianista Christian Ivaldi, en el que se echó de menos una mayor variedad estilística y sobre todo a un compositor, Mozart, que el artista canta con especial brillantez.
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