España se plantea frenar la contribución a la OTAN si fracasan las negociaciones sobre las bases
Altos cargos españoles que participan en las negociaciones con Estados Unidos sobre el futuro de las bases se plantean frenar la discusión de la contribución militar a la OTAN si fracasan las conversaciones con Washington, según personas conocedoras de ambos procesos. Oficialmente, España desvincula ahora ambas cuestiones. "Pero serían demasiados sapos a tragar por los españoles: no reducir la presencia militar norteamericana y a la vez firmar acuerdos con la OTAN sobre una significativa contribución militar española", señalan dichas fuentes.
Aunque para el Gobierno español las negociaciones entre Madrid y Washington son un asunto bilateral, no se esconde que también tienen una dimensión atlántica. No obstante, fuentes del Ministerio de Defensa estiman que "no se puede ni se debe vincular ambos temas", que son "totalmente diferentes". Y añaden que las conversaciones con la OTAN "son mucho más lentas".El titular de Defensa, Narcís Serra, anunció el martes en Bruselas que España y la OTAN estaban "terminando la puesta a punto del mecanismo para coordinar las defensas de España y de la Alianza". "Nuestra intención", dijo, "es entrar ya en la discusión de las misiones que cumplirá España en la OTAN, y vamos a comenzar por la defensa aérea". Y anunció: "Con ese motivo, una comisión ad hoc visitará en julio nuestras instalaciones y estudiará las modalidades de coordinación".
Serra también informó que durante la reunión de ministros de Defensa de la OTAN el titular estadounidense, Caspar Weinberger, señaló la conveniencia de que los países occidentales cubrieran misiones realizadas por la VI Flota en el Mediterráneo en el caso de que Washington decidiera desplazar más unidades al golfo Pérsico.
Fuentes de Defensa señalaron ayer que, "teóricamente", a España le beneficia ese tipo de actitudes, ya que el Gobierno español mantiene la tesis, de que sus Fuerzas Armadas deben incrementar el protagonismo en el Mediterráneo occidental, ya que corresponde a sus zonas de interés estratégico, a la vez que debiera descender la presencia en el área próxima a Gibraltar de unidades navales norteamericanas, francesas y británicas. Sin embargo, la Armada reconoce que no puede cubrir las misiones que ahora realizan países aliados.
Estas fuentes insisten en que el Gobierno español defiende que las unidades españolas sólo actuarán dentro de esas zonas de interés estratégico propio, aunque de forma coordinada con el resto de la OTAN, coordinación que ahora debe determinarse en las negociaciones con la Alianza Atlántica.
La OTAN no contempla acciones de la Alianza fuera de la zona definida por el Tratado de Washington, que en el Mediterráneo concluye en la costa norte africana y Turquía. Pero en los planes de la OTAN sí se prevé que unidades de algunos países sustituyan a otras de Estados Unidos en caso de que éstas intervengan en acciones fuera de zona. España no está aún integrada en el sistema de planes de la Alianza, lo que en la actualidad supondría un problema suplementario.
Verano de 1988
Se prevé que las negociaciones con la OTAN, según las fuentes consultadas, se concreten en el verano de 1988 con la firma de unos primeros acuerdos de coordinación entre los mandos integrados de la Alianza y los mandos militares españoles. La negociación con EE UU tiene un primer plazo, noviembre de este año, fecha en que España comunicará la decisión de no prorrogar el actual convenio bilateral, que expira en mayo de 1988.La próxima sesión sobre las bases se celebrará en Madrid a finales de junio. La parte española no ha decidido aún cómo plantear esta sesión, pues dependerá del resultado de las conversaciones que el 11 de junio mantendrán en Reikiavik los titulares de Exteriores de España y EE UU, Francisco Fernández Ordóñez y George Shultz, respectivamente.
En la conversación del pasado martes en Bruselas entre el ministro de Defensa, Narcís Serra, y el secretario de Defensa norteamericano, Caspar Weinberger, no hubo aproximación en las enfrentadas, posiciones sobre el futuro de las bases, según Defensa.
El Gobierno español considera que ha hecho un gran esfuerzo para permanecer en la OTAN, y además propone una "significativa" contribución militar a la Alianza, especialmente en el terreno aeronaval, con unas fuerzas modernizadas. España quiere lograr una "relación sana" con EE UU, y no, como dicen los medios consultados, la creación de cuatro Gibraltares en las bases de Torrejón, Rota, Zaragoza y Morón. Para el Gobierno, Washington no presta importancia al esfuerzo español.
El desacuerdo se sigue centrando en la insistencia española en que EE UU retire de España el Ala Táctica 401, compuesta por 72 F-16, cuya base de estacionamiento es Torrejón pero cuyas misiones militares se centran en Italia y Turquía.
España está dispuesta a cierta flexibilidad en cuanto a plazos y modalidades, siempre que la retirada sea real. Madrid también ofrece a Washington la posibilidad de que los F-16 regresen de cuando en cuando a España para entrenamientos o en caso de crisis. No obstante, estas facilidades no deben encubrir una presencia permanente de los F-16.
Además, España ha ofrecido a EE UU otras posibilidades -como la llegada de refuerzos en ejercicios o el eventual almacenamiento de material bélico- en el marco de la OTAN, que podrían figurar en los acuerdos de coordinación con la Alianza.
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