España hace concesiones en las norms de la CE sobre lluvias ácidas
I. C. España efectuó el jueves en el Consejo de Ministros de Medio Ambiente de los doce celebrado en la capital belga algunas concesiones, pero que no bastaron para lograr un acuerdo tendente a limitar la contaminación provocada por las centrales de combustión térmica y las consiguientes lluvias ácidas.
El consejo ministerial sí aprobó, en cambio, por primera vez un proyecto de protección del suelo que intentará paliar algunos problemas ecológicos específicamente mediterráneos como pueden ser los incendios forestales, la erosión y desertización.
Los fondos de los que dispondrá el proyecto a lo largo de los próximos cuatro años son más bien simbólicos -3.504 millones e pesetas a repartir entre Roma, Atenas y Madrid, aunque es probable que España sea el principal beneficiario-, pero el titular español de Obras Públicas, Javier Sáenz Cosculluela, se estimó, no obstante, satisfecho "porque se sienta un precedente que supone la toma en consideración por la CE de cuestiones medioambientales que nos conciernen directamente",
Con relación a la postura defendida en la anterior reunión de ministros de Medio Ambiente, Sáenz Cosculluela se declaró anteayer dispuesto a aceptar las normas de reducción de las emanaciones de óxido de nitrógeno y óxido de azufre de las centrales térmicas productoras de energía eléctrica propuestas por la Comisión Europea, pero pidió poder disponer de un plazo suplementario de cuatro años, en relación a los demás Estados miembros, para ir adaptándose paulatinamente.
Las estimaciones del Ministerio de Industria español señalan que una rápida adaptación supondría una inversión de hasta 300.000 millones de pesetas, a los que habría que añadir otros 30.000 anuales de encarecimiento de la producción eléctrica y el perjuicio causado a la minería española cuyos carbones son de mala calidad y, por tanto, muy contaminantes. "Nuestra alternativa sería", comentó el ministro español, "lanzarnos a construir más centrales nucleares, pero preferimos evitarlo".
La nueva postura española es, sin duda, la más reacia a las tesis comunitarias, pero es compartida con matices por el Reino Unido e Italia, mientras la República Federal de Alemania y Dinamarca son sus más arduos pertidarios porque gran parte de los nueve millones de toneladas de óxido de azufre producidos en Europa se convierten en las famosas lluvias ácidas que provocan en sus territorios la asfixia de bosques y arroyos.
La delegación alemana obtuvo, sin embargo, un consuelo porque una mayoría de países se pronunció por permitir a la República Federal de Alemania retirar de la venta, de aquí a finales de año, toda la gasolina normal con plomo, aunque los demás Estados miembros de la CE podrán aún seguir produciéndola y comercializándola.
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