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Un administrador de la Casa Blanca dimite por su implicación en el 'Irangate'

Francisco G. Basterra

El director del servicio administrativo de la Casa Blaca, Jonathan Miller, dimitió ayer después de que un testigo en el Irangate hubiese declarado ante la comisión que investiga el escándalo que Miller había entregado fondos a la contra.El portavoz de la Casa Blanca se limitó a señalar que la dimisión de Miller había sido "voluntaria".

Por otro lado, Ronald Reagan estaba "constantemente" informado de las actividades de Oliver North y del Consejo de Seguridad Nacional para vender armas a Irán y ayudar a la contra a espaldas del Congreso, que lo había prohibido. El fiel ex consejero de Seguridad Nacional Robert McFarlane ha revelado, al final de cuatro penosas jornadas de declaraciones ante los comités investigadores del Congreso sobre el Irangate, que informó "decenas de veces" al presidente de lo que sus subordinados estaban haciendo desde los sótanos de la Casa Blanca.

McFarlane ha admitido que muchas de estas actividades eran contrarias a la ley, pero ha insistido en que Reagan nunca aprobó nada ilegal. "¿Nunca creó usted alarma en la mente del presidente sobre que la gente que trabajaba para él podía estar haciendo cosas que estaban prohibidas por el Congreso?". "No, señor", respondió McFarlane. "El presidente exponía muy frecuentemente sus ideas sobre el tema de una forma genérica. Y no tengo la menor duda de que [sobre las cuestiones de legalidad] tenía una interpretación de esto bastante más liberal que la mía". McFarlane, en más de 20 horas de testimonio, ha hecho saltar por los aires la primera línea de defensa de la Casa Blanca.

Hasta ahora, Reagan ha mantenido la defensa del descuido, ignorancia y, en último término, incompetencia que le llevaban a no saber lo que ocurría. Ya es imposible que continúe en esta línea.

Dificil de creer

Ahora sus asesores reconocen que sabía que se estaba ayudando a los contras, incluso que él lo ordenó claramente, que habló de dinero para los antisandinistas con el rey Fahd de Arabia Saudí, aunque insisten en que ni él ni su Gobierno solicitaron el dinero. Algo que resulta muy difícil de creer.

Fuentes saudíes dijeron ayer que fue personalmente McFarlane quien solicitó en dos ocasiones la ayuda saudí, lo que negó ayer ante el Congreso.

[Por su parte, el hombre de negocios suizo que recibió por error una transferencia bancaria por 10 millones de dólares, donados por el sultán de Brunei para la contra, ha devuelto voluntariamente dichos fondos a las autoridades en Ginebra, según fuentes oficiales de Suiza.]

McFarlane, que perdio los papeles el miercoles irritado por un duro interrogatorio en el que fue acusado de obstruccion de la justicia, ha admitido abiertamente que la Administracion violo repetidamenté la enmienda Boland que prohibia ayudar a los rebeldes antisandinistas.

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