EE UU propone introducir nuevas armas en Europa si se acepta la 'opción supercero'
El secretario de Defensa de EE UU, Caspar Weinberger, y otros oradores hicieron ayer hincapié, en el curso de la reunión de primavera del Grupo de Planes Nucleares (GPN), en la necesidad de introducir nuevas armas en Europa si la OTAN aceptaba la opción supercero, propuesta por la Unión Soviética. Weinberger "sometió nuevas ideas sobre armas", explicó el ministro alemán occidental de Defensa, Manfred Woerner, al evocar la alocución del secretario norteamericano de Defensa.
En este foro atlántico, que celebra su sesión de primavera en la ciudad costera de Stavanger, en el sur de Noruega, con la asistencia de todos los titulares de Defensa de la OTAN y sus jefes de Estado Mayor, excepto los de Francia e Islandia, está siendo por primera vez discutida a nivel ministerial la doble oferta del líder soviético, Mijail Gorbachov.Sobre la primera parte de su propuesta -la eliminación de Europa de todos los misiles nucleares con un alcance de entre 1.000 y 5.000 kilómetros (LRINF)- hubo consenso entre los aliados, aunque, junto con Weinberger, algunos se mostraron reacios a permitir el mantenimiento de 100 cabezas nucleares fuera del viejo continente, en la parte. asiática de la URSS.
La supresión en Europa, también ofrecida por Moscú, de todos los cohetes de corto alcance -entre 500 y 1.000 kilómetros (SRINF)- suscitó en cambio un intenso debate entre los participantes, desgarrados entre la aceptación de una oferta que pondría fin a la supremacía soviética en este terreno, pero que también puede consagrar su superioridad en armas convencionales Y químicas.
La RFA, indecisa
El Gobierno de Alemania Occidental, el país más afectado por un eventual acuerdo sobre misiles de corto alcance, ha sido incapaz hasta ahora de tomar una decisión, y su titular de Defensa reiteró ayer lugares comunes sin entrar en el fondo de la cuestión. El propio Weinberger recordó que la Administración norteamericana no se ha pronunciado todavía.
El titular británico, George Younger, dio, en cambio, su aprobación a la opción supercero antes de que fuese anunciado en Londres por el Foreign Office, siempre que se -cumplan cuatro condiciones: simultaneidad y globalidad de ambos acuerdos sobre misiles, medidas de verificación y mantenimiento del arsenal nuclear del Reino Unido y Francia.
En su intervención vespertina, el ministro español, Narcís Serra, explicó detalladamente la postura de España, que respalda, en principio, la opción supercero, pero con dos salvedades: solidaridad con los aliados y mantenimiento de la respuesta flexible. La primera significa que cualquiera que sea la decisión alemana, ésta debe ser apoyada por todos, y la segunda implica una cierta luz verde a la introducción de armas de sustitución en Europa. Al margen del GPN, Serra mantendrá cuatro encuentros bilaterales con sus colegas noruego, británico, holandés y belga.
A causa de la indecisión alemana parece descartado que cuando termine hoy el encuentro, la OTAN dé una respuesta a la URSS, que, en el mejor de los casos, sólo estará en condiciones de formular después de la celebración en Islandia, a mediados de junio, del Consejo del Atlántico Norte, con la asistencia de Francia.
Al término de la primera jornada cobran fuerza, sin embargo, algunas nuevas ideas a propósito de los misiles de corto alcance reflejadas en el discurso de Weinberger.
Todos rechazan limitar una eventual eliminación de estas armas al territorio europeo, porque su gran movilidad -Weinberger asegura que caben en un taxi- complica la verificación del respeto del acuerdo por la URSS y, sobre todo, permite transportarlas en caso de guerra en pocas horas de Asia a Europa. De ahí que algunos aliados se inclinen por limitar a un determinado número las del Pacto de Varsovia, que la OTAN podría igualar en poco tiempo reconvirtiendo, por ejemplo, los Pershing II desplegados en la RFA.
Si los misiles de corto alcan ce fuesen suprimidos, tanto Weinberger como los militares insistieron en la necesidad para la OTAN de evitar encontrarse en situación de inferioridad. El secretario de Defensa sugirió, según fuentes oficiosas, incrementar y mejorar los cohetes de muy corto alcance -menos de 500 kilómetros-, como el actual Lance, que sería perfeccionado hasta llegar a 240 kilómetros, al tiempo que sería puesto a punto el Army Tactical Missile, con un radio de acción de casi 500 kilómetros.
Para mantener la respuesta flexible y poder seguir golpeando a la URS S desde Europa se barajan otras posibilidades, como el eqvío de más bombarderos B-52 norteamericanos al Reino Unido, la instalación de misiles de crucero a bordo de submarinos o la modernización de los viejos Poseidon.
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