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UN NAZI, EN EL BANQUILLO

Klaus Barbie anuncia que explicará ante el tribunal la doctrina nacionalsocialista

Lluís Bassets

"No puedo explicar en dos palabras lo que es el nacionalsocialismo". Con estas palabras, pronunciadas después de la lectura de la acusación, Klaus Barbie anunció la posibilidad de que en los próximos días realice ante el tribunal una auténtica apología de la doctrina que ha conducido su vida y por la que ha conseguido franquear todas las barreras morales y cualquier noción de respeto a la vida y a la dignidad humanas. Más de seis horas de lectura de las actas de procesamiento de Klaus Barbie no bastaron ayer para ensombrecer ni un ápice la sonrisa y la serenidad del rostro del anciano acusado, que ayer negó por primera vez, desde el inicio del juicio, su responsabilidad en los hechos que se le imputan.

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Impasible el alemán, el carnicero de Lyón escuchó la reiteración de las mayores atrocidades y la letanía, cien veces repetida, de la acusación de crímenes contra la humanidad y las inculpaciones por "complejidad con asesinatos, detenciones ¡legales, detención y secuestro de personas", repetidas una y otra vez en cada una de las actas de reenvío de un tribunal a otro, como si todo esto no fuera con él. Sólo la tez, un poco más cetrina, y el perfil de los rasgos, más angulado, revelaban el esfuerzo y el cansancio.Barbie lo escuchaba todo con una atención desmesurada, como un niño encandilado ante una narración fantástica. Luego pidió la palabra para minimizar y desresponsabilizarse de las acusaciones antes incluso de. que empezara su interrogatorio. "Cuando escuchaba la lectura de la acusación creía estar en el juicio de Nuremberg", dijo. Y añadió: "Éramos 120 hombres en Lyón, y el máximo responsable no era yo, sino Knaab. Al escuchar todo eso se creería que actué como un loco y que yo era el dueño de la ciudad; pero no es verdad y dependíamos de la Wehrmacht".

En el segundo día, el proceso al ex comandante de la Gestapo entró de lleno en la lección de historia y en la sutil teoría jurídica sobre los crímenes contra la humanidad, que va a permitir juzgar a Barbie 43 años después de la realización de los crímenes y después de dos juicios, en los que fue sentenciado a muerte por contumacia, en 1952 y 1954. La lectura del acta permite conocer al detalle los crímenes perpetrados y los sufrimientos sembrados sobre centenares de cuerpos, que han quedado sin enterrar para estos familiares constituidos en parte civil del juicio, auténticas Antígonas que proclaman trágicamente su dolor, tantos años después, ante las cámaras de televisión y ante los periodistas.

Pero permite también que se cuente cómo estaba organizada la industria de la muerte y la multitud de maquinarias que destrozaban vidas y cuerpos en todo el territorio de la Europa nacionalsocialista. "Desde la edad de 19 años", recuerda el acta de acusación, "Klaus Barbie se adhirió a las tesis nazis, a la concepción del mundo nazi, y conviene notar que los miembros de la Sicherheitdienst (SD) eran empleados del partido nazi, y no funcionarios del Estado". El acta de acusación detalla "la existencia de un plan criminal concertado para cometer guerras de agresión y de una relación entre estas guerras y la persecución de los judíos, así como el establecimiento de planes para la solución final". En estos planes, la Gestapo y uno de sus brillantes y más destacados lugartenientes, Klaus Barbie, desempeñaban un papel de primer orden.

La lectura del acta permitió conocer con detalle el debate entablado entre las distintas instancias jurídicas francesas sobre la noción de crimen contra la humanidad, en la que finalmente han quedado incluidas ciertas actuaciones, que afectan a población civil no judía ya resistentes.

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Prescripción de los crímenes

Francia, que reconoció por ley en 1964 la no prescripción de los crímenes contra la humanidad, está vinculada ya anteriormente a la no prescripción por la firma de acuerdos intemacionales, según se afirma también en el acta de acusación. Esta teoría, que desmonta una parte de la argumentación jurídica de la defensa -no se puede juzgar como imprescriptibles los delitos anteriores a 1964-, permitiría sobre el papel que los delitos cometidos durante la guerra de Argelia, y que fueron luego amnistiados, fueran objeto de nuevo de procesamiento.El defensor, Jacques Vergés, acometió a última hora de ayer, antes del primer interrogatorio puramente biográfico al acusado, la última sutileza jurídica del día. Según su teoría, expuesta con brillantez y talento, Barbie fue juzgado en 1954, y condenado por contumacia, por todos los delitos que hubiera podido cometer en Lyón.

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Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

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