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Israel 2

Cada vez que Pujol sale de España asumiendo el carácter de representante del Estado de las autonomías, desde una autonomía concreta, la catalana, se produce una cierta expectación porque casi nadie es indiferente a las intenciones explícitas o implícitas del presidente de la Generalitat. Algunos de sus viajes han sido esotéricos, como el que hizo a Argentina. Otros son más transparentes, como los que implican el área del dólar o del marco alemán. Ahora Pujol ha estado en Israel, donde ha hecho reiteradas profesiones de fe sionista que se le desconocían, al menos con la intensa pasionalidad con que las ha expresado.Parte del éxito de Pujol, al electoral me refiero, se debe a que sabe conectar con un supuesto catalán medio, emotivo pero pragmático, nacionalista pero partidario del puente aéreo, con la cabeza en Japón o Suiza pero con los pies en el Mediterráneo. Una de las consignas más presentes en el comportamiento de ese supuesto catalán medio es la que recomienda: "Donde estuvieres, haz lo que vieres". Hace dos días Pujol se ponía morado de fino y pescaíto frito en la fiesta para andaluza de Barberá del Vallés y ahora se nos hace sionista en Tel Aviv, restableciendo aquella convivencia judeo-catalana que se plasmó en la Barcelona imperial de los siglos XIII, XIV y XV, hasta que llegó el trastamarazo de Fernando el Católico y Cataluña se quedó sin judíos y sin Mediterráneo.

O tal vez, más allá del mimetismo interesado, Pujol asuma el sionismo como reivindicación equivalente a la del catalanismo; no en balde la condición de pueblos perseguidos es un jumelage más eficaz y profundo que el que suele hermanar, por ejemplo, y es un decir, a Calatrava de Arriba con Kansas City.

Es más, el referente de Israel es frecuente en la cultura literaria catalana dedicada a la lamentación histórica y Pujol ha podido ser víctima de la literatura a la hora de declararse sionista. Pero el que esté libre de culpa que tire la primera piedra. ¿Quién no ha sido alguna vez en su vida víctima de la literatura?.

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