Daniel Ortega: "Reagan ha fracasado en Nicaragua"
El líder sandinista afirma que con el cese de la guerra se levantarían todas las restricciones
Han cambiado las cosas desde que, al poco de la victoria revolucionaria, un reportero de Banicada tomó lo que tal vez era la primera fotografía de los nueve comandantes sandinistas juntos. En esa foto que todavía adorna muchas oficinas públicas, el presidente Daniel Ortega apenas aparece en segundo plano, asomando tímidamente la cabeza entre los hombros amplios de Bayardo Arce y Tomás Borge. Ocho años después sigue al frente de Nicaragua una dirección colegiada en la que los nueve tienen que decidir por unanimidad desde la estrategia militar hasta el nombramiento de un embajador, pero en la cúspide se ha ido asentando el tándem formado por los hermanos Ortega: Humberto, como máximo responsable de las fuerzas arma- das, y Daniel, como líder del país.
Daniel Ortega, de 41 años, sigue sin ser el guía carismático cuya imagen se reproduce en carteles. El único personaje mitificado en el país es el desaparecido fundador del Frente Sandinista de Líberación Nacional, Carlos Fonseca. Sólo su rostro aparece en los descampados de la sombra de ciudad que es Managua, compartido ahora con la imagen del mercenario norteamericano Eugene Hasenfus atado y arrastrado por un pequeño nicaragúense con un crucifijo al cuello.Bajo la dirección de Ortega, Nicaragua no tiene peligro de caer en el culto a la personalidad, pero su estilo prudente y calculado se ha ido abriendo paso con los años y hoy marca la actuación del Gobierno nicaragüense. No se le puede atribuir al comandante Daniel ninguna de las frases incendiarias que hoy esgrimen algunos de los enemigos de la revolución para dudar de la voluntad democrática de los gobernantes nicaragüenses.
Tampoco, es cierto, forman parte de la antología de sus discursos proclamas brillantes o citas recordadas. En la reunión que mantuvo con los familiares del norteamericano Benjamin Linder, asesinado la pasada semana por la contra, mostró claramente que no sigue a su principal enemigo, Ronald Reagan, en sus cualidades de comunicador.
Solución negociada
Tras despedir a la familia Linder, Ortega se desplaza solo en un Toyota todo terreno, escoltado por dos vehículos, a una oficina próxima a la Casa de Gobierno, donde se reúne con el enviado especial de EL PAIS. Pregunta a su ministro de Información sobre la marcha de la primera sesión de la audiencia sobre el escándalo Irán-contra, un conflicto que ha fortalecido al régimen nicaragüense, aunque Ortega no sea capaz todavía de calcular sus efectos en el desarrollo de la guerra.
"El escándalo del desvío de armas a la contra puede ejercer alguna influencia mayor en el Congreso y en la opinión pública norteamericana, y, a la vez, debería llevar a la Administración a la conclusión de que es necesaria una solución negociada. La lógica dice que el presidente Reagan debería reconsiderar su política, pero no encontramos hasta el momento elementos que nos indiquen que esto va a ocurrir".
Al contrario, la actividad militar en el norte del país ha aumentado. La contra parece entrar enuna fase de mayor agresividad El número de muertos es más elevado y el control de la frontera con Honduras se hace difícil. Ortega reconoce que "hay un recrudecimiento de las acciones militares en una nueva modalidad que es la dispersión de las fuer zas reaccionarias sobre el terre no, lanzadas a atacar objetivos económicos y civiles, y no dirigidas a atacar objetivos militares".
Influencia de la 'contra'
Pregunta. ¿Esto significa que la contra se ha convertido en un enemígo más peligroso?
Respuesta. La contra no es un enemigo que amenaza la seguridad del país; pero, en cuanto a daño, a desgaste de la población en ciertas zonas más aisladas, tiene una influencia mayor, está causando un daño grave en la población. Desde el punto de vista político es contraproducente para la contra, porque la población se está viendo atacada to dos los días. Pero no son grandes concentraciones de tropas que amenacen con ocupar las ciudades.
Un factor que actualmente favorece a la contra, a juicio del presidente nicaragúense, es la realización de importantes maniobras militares norteamericanas en territorio hondureño, muy próximo a Nicaragua. Ortega cree que "lo único que le queda a EE UU es utilizar a la contra, pero apuntalándola con sus propias fuerzas; de ahí el peligro potencial que existe cuando se desarrollan maniobras militares cerca de Nicaragua, que estimulan a la contra, buscan como darle fuerza y moral; pero además crean un peligro potencial, porque un combate fronterizo con la contra puede dar como resultado que se choque con tropas norteamericanas, y de ahí venga que las tropas estadounidenses se vean directamente involucradas. Ese peligro potencial está ahora multiplicado cuando, en maniobras sin precedentes, tenemos hasta 50.000 soldados norteamericanos cerca de la frontera".
P. ¿Se presta apoyo directo a la contra en esas maniobras?
R. Sabemos que desde las bases norteamericanas en Honduras les dan toda la información a la contra, les sirven de abastecimiento, y los barcos que tiene EE UU en ambas costas del territorio nicaragüense sirven como fuente de apoyo en operaciones que hace la contra en lanchas para atacar los puertos.
P. ¿Con qué fuerzas cuentaNicaragua para hacer frente a esa amenaza?
R. Hay 100.000 nicaragüenses movilizados. Pero no es que éste sea el número de miembros del Ejército. Estamos hablando de una línea militar conducida por el Ejército. Por ejemplo, campesinos que están cooperando contra las fuerzas mercenarias, pero a la vez trabajando. En el caso de que concluyese la guerra, éstos serían desmovilizados y quedaría un Ejército dentro de los niveles de las fuerzas centroamericanas.
En este momento, según Ortega, existe un desequilibrio militar en la zona favorable a Honduras, .porque tiene una fuerza aérea poderosísima". Esta situación puede verse complicada por el eventual envío por parte de EE UU de aviones F-5 a su principal aliado en Centroamérica si el Congreso respalda las intenciones de Reagan. Se ha especulado con la posibilidad de que, en ese caso, Nicaragua adquiriría aviones Mig soviéticos, pero Ortega lo descarta.
"Nicaragua" afirma, "ha manifestado su derecho de adquirir todo tipo de armamento, incluyendo los aviones de combate', pero no tenemos ese tipo de aviones, porque en el momento actual, por una serie de condiciones, le hemos dado un mayor predominio al helicóptero. Consideramos que el envío de aviones F-5 justificaría aún más el derecho que Nicaragua tiene de adquirir este tipo de aviones, pero creemos que ésa no es la vía para solucionar este problema. Para nosotros, tener ese tipo de aviones sería ideal; pero, por una serie de razones, no los tenemos ni estamos pensando adquirirlos en lo inmediato".
P. Pero lo que se pide es que ustedes incluso reduzcan su fuerza militar.
R. Desde el momento mismo en que cese la agresión, Nicaragua está en condiciones para . llegar a acuerdos donde reduzcamos nuestras fuerzas militares.
Ortega no tiene un candidato preferido para las próximas elecciones en EE UU. "Yo creo", dice, "que tanto demócratas como republicanos están convencidos de que la revolución sandinista es un hecho irreversible. Creo que en el Partido Demócrata, y también en el Republicano, perciben que la política de Reagan en Nicaragua ha sido un fracaso, y entonces cualquier Adn-únistración que surja en 1989 tendrá que tomar en cuenta la experiencia de que la política de Reagan no consiguió destruir la revolución nicaragüense, sino provocar un daño muy grande a la imagen de EE UU ante el mundo".
P. ¿Y cómo cree que puedan influir en Centroamérica los cambios en la política de la otra superpotencia?
R. La postura tan flexible y tan pragmática que existe actualmente en la Unión Soviética para tratar los problemas regionales debe llamar a reflexión al otro lado. Los soviéticos están manejando con una gran audacia y flexibilidad, por ejemplo, el problema (le Afganistán, y nosotros creemos que esto abre un mayor espacio para que el mundo camine a una distensión a niveles globales y que esto se manifieste en los conflictos regionales.
P. ¿Dice usted que el caso de Afganistán puede influir en el de Nicaragua?
R. Lo que digo es que la forma en que los soviéticos están tratando el tema de Afganistán aísla aún más las posiciones aventureras e intervencionistas de EE UU en Nicaragua.
A mes y medio de la próxima reunión de presidentes centroamericanos en Esquipulas, Ortega asegura que "Nicaragua jamás va a ser un obstáculo para la paz'". "Nosotros creemos que, con un poco de buena voluntad y sobre todo con un poco de firmeza frente a las presiones que está ejerciendo EE UU, podemos sacar algunos acuerdos. Estados Unidos está tratando de desviar la propuesta de paz de Costa Rica para focalizarla contra Nicaragua. Nosotros creemos que esta propuesta es constructiva, que debemos discutirla y buscar puntos de aproximación".
"Reconciliación nacional"
El presidente nícaragüense dice no tener miedo de los aspectos dernocratiz adores promovidos por el plan del presidente costarricense, Óscar Arias. "Tenemos una política de reconciliación nacional que es la anmistía que tenernos decretada".
P. ¿Esa política de reconciliación incluiría, en determinadas circunstancias, el diálogo con dirigentes de la contra?
R. No, no, no. Estamos dispuestos a hablar con EE UU, no con ninguna de esa gente.
P. ¿Usted se da por aludido cuando se habla de violación de derechos humanos en Centroarriérica?
R. Hay países centroamericanos donde se producen violaciones de derechos humanos siste-
máticas y promovidas por las autoridades. En Nicaragua, ni son sistemáticas ni promovidas por las autoridades. Yo creo que no hay país en el mundo, incluido EE, UU y los países europeos, que escape a lo que son violacíones de los derechos humanos; pero en el caso concreto de Nicaragua no son sistemáticas, y esto lo demuestran los informes de distintos organismos de derechos humanos que han venido a nuestro país.
P. ¿Cuándo piensan ustedes reabrir el diario La Prensa?
R. Si La Prensa cambia de actitud y deja de recibir dinero de la CIA, entonces no habría razón para tenerlos sancionados; pero si no quieren cambiar de actitud tendrán que esperar a que cese la guerra, porque, cuando cese la guerra, nosotros no le tememos a lo que diga La Prensa.
P. ¿El final de la guerra acabana también con otras restricciones a la libertad?
R. Al cesar la guerra, todas las restricciones que existen cesarían inmediatamente.
P. ¿Cuántos presos hay actitalmente en las cárceles?
R. El total de presos oscila entre 8.000 y 10.000, de los que el 60% son comunes.
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