Una iglesia para cada día del año

Hay 313 iglesias en Malta y 44 en Gozo, las dos islas principales del archipiélago maltés. O sea, una para cada día del año. El 98% de la población es católica, y el 90% es practicante. Los malteses van más a la iglesia los días de diario que los españoles los domingos. Ni siquiera Polonia o Irlanda pueden disputar a Malta el título de país más católico del mundo.Con este potente aparato han chocado históricamente los laboristas. "En los años sesenta", recuerda el actual primer ministro, Carmelo Miflud Bonnici, "la Iglesia consideraba pecado mortal Votar a los laboristas". Claro que él, como la inmensa mayoría de sus partidarios, es católico practicante, incluso tiene un hermano cura (y otro candidato de la oposición, por cierto).

Joe Borg, portavoz del arzobispo de Malta, Joseph Mercieca, recuerda las tres batallas pendientes de la guerra entre la Iglesia y el Gobierno. "En 1983 se redactó una ley para pasar al Estado ciertas propiedades de la Iglesia. Ésta recurrió y los tribunales le dieron la razón, pero el Gobierno ha apelado".

La Administración laborista asegura que la Iglesia es inmensamente rica. Borg contesta con algunas cifras: "Los depósitos bancarios, incluyendo a las órdenes religiosas, apenas llegan a siete millones de libras [unos 2.800 millones de pesetas], frente a 1.000 millones de reservas del Banco Central y de los particulares. En 1983, las propiedades rindieron unas 400.000 libras, frente a los 6,5 millones de las del Estado".

la batalla escolar

La segunda batalla, la escolar, está en fase de resolución, con un, acuerdo transitorio para la gratuidad en la segunda enseñanza en las escuelas de la Iglesia que ya afecta a cuatro de los seis cursos.

Pero los obispos quieren un compromiso definitivo que evite que las licencias de los centros queden en las discrecionales manos del. Gobierno. La Iglesia ha apelado contra la ley de 1984 que provocó el conflicto.

La tercera batalla es la de la comunicación. La Iglesia se queja de que en la radio y la televisión estatales se manipulan las noticias que le afectan, incluso cuando se trata de discursos del Papa.

Los laboristas creen que Dios está con ellos. O por lo menos el Pontífice. Así, el primer ministro ha podido llegar a decir que Juan Pablo II les ha apoyado durante su viaje a Alemania Occidental, al hablar de la necesidad de "velar por aquellos, que no tienen trabajo".

La Iglesia ya no castiga con el infierno a quienes votan a los laboristas, pero en sus directrices ante las elecciones de hoy recomienda claramente a los católicos que apoyen a los candidatos "que respeten las leyes de Dios".