El pudor del dinero

El hermetismo en torno al sueldo de los eurodiputados viene siendo asunto tabú desde que hace año y medio los 60 parlamentarios nacionales designados por los grupos parlamentarios partieron para Estrasburgo. El reconocimiento de que cada uno de ellos obtiene mensualmente en torno a las 750.000 pesetas requiere un duro forcejeo dialéctico a menudo complicado por el afán de desmembrarlo en capítulos, creando la ilusión óptica de que no es tanto.Los que inauguraron, un tanto forzados por las direcciones de su partido, la representación española en Estrasburgo han deseado repetir. Continúan diciendo que es demasiado avión, mucho aeropuerto, la impersonalidad de las habitaciones de hotel, el alejamiento de la familia, aunque ciertamente el lamento resulta más mitigado. Sus compañeros de partido dicen que la excelente remuneración ha contribuido al consuelo. Las Cortes españolas abonan a los eurodiputados el mismo sueldo que recibirían si continuaran en Madrid, a excepción de 100.000 pesetas de dietas. Por tanto, hay una primera partida de 250.000, a la que hay que sumar las euro dietas y las cantidades que se reciben por asistencia a cada comisión o grupo de trabajo. Un capítulo nada desdeñable es el del transporte, del que se obtienen unos considerables ahorrillos. Cada eurodiputado recibe el importe de los billetes de avión con tarifa normal aunque es habitual que se acojan a las tarifas reducidas.

Pero la vía más económicamente beneficiosa y muy utilízada es la de realizar el viaje en automóvil entre tres o cuatro diputados. Cada uno de ellos recibirá el importe por kilómetro como si hubiera hecho el recorrido en solitario. "Se observa un pudor extraordinario a la hora de saber el sueldo de nuestros compañeros en Europa", dijo un diputado socialista.