Flúor, vacuna y cepillo de dientes
La caries, junto a la gingivitis (inflamación de las encias), es la dolencia más frecuente en el hombre occidental. El origen de la caries está en un tipo de bacterias que elaboran una película que se adhiere a los dientes, denominada placa bacteriana, y destruyen el esmalte. Actualmente se está investigando para conseguir una vacuna, pero se trata de un tipo de vacuna especial, ya que esas bacterias se encuentran. normalmente en la boca, y no puede, por tanto, considerárseles como un agente patógeno. Se ha demostrado que esas bacterias, denominadas Streptococcus mutans, sólo son perjudiciales cuando la dieta es rica en hidratos de carbono (especialmente en sacarosa, presente en la mayoría de los alimentos preparados) y en conjunción con otros factores.Mientras se consigue la vacuna -aún está lejana la experimentación en humanos-, la Organización Mundial de la Salud considera que la reducción en el consumo de azúcares y la fluoración del agua potable son los métodos preventivos más eficaces, junto con el uso regular del cepillo de dientes. El flúor refuerza el esmalte, pero se ha comprobado que su acción depende, en parte, de la edad.
En una campaña de higiene bucal en los niños desarrollada en Tenerife, se les enseñó a un grupo de escolares el empleo correcto del cepillo de dientes y seda dental, realizándose además enjuagues con niveles determinados de flúor. Tras ocho meses de trabajo, la presencia de la placa bacteriana entre los 324 escolares de 6 a 14 años examinados había descendido de un 61% a un 23 %. En los centros escolares de Majadahonda (Madrid) también se administra flúor, y la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía está añadiendo también flúor a las aguas de esa comunidad autónoma.
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