Iniciativa japonesa
El plan anunciado por Japón para financiar un préstamo a Latinoamérica por valor de 30.000 millones de dólares, aunque tardío, es una muestra bien recibida de responsabilidad general. Pero los gestos generosos por parte de una nación que se ha enriquecido a costa de un superávit de exportación no deben distraer la atención de lo que es la responsabilidad fundamental: acabar con un superávit crónico y destructor.No hay un ambiente favorable en torno a las conversaciones entre Reagan y, Nakasone. Las dos máximas potencias industriales, fuertemente dependientes entre sí, no están de acuerdo sobre el comercio y la política económica. Estados Unidos tiene un déficit comercial inadmisible, Japón un fuerte superávit. Por otra parte, ambos líderes han sufrido reveses políticos.
. Parece que el nuevo plan es incompleto. Aparentemente habría pocos préstamos directos entre Gobiernos, Es más probable que los fondos gubernamentales fueran canalizados a través de multinacionales e instituciones privadas con garantías por parte del Gobierno. Sería también beneficioso que los japoneses no exigieran a los prestatarios la compra de productos fabricados en Japón.
Por el bien de Japón, así como el de otras naciones ricas y pobres, la economía japonesa debe crecer con mayor rapidez, importar más y consumir la producción que ahora exporta. Si Japón quiere ser un líder, aquí tiene la oportunidad para ello.
, 28 de abril
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