Jruschov y Gorbachov
Las reformas que Gorbachov propugna tienen su origen en la crisis económica que vive la URSS, incapaz de hace frente al mismo tiempo a su estrategia como superpotencia y a la satisfacción de las necesidades de bienes de consumo de su población. Los autores abordan en una serie de artículos el núevo rostro de la sociedad soviética, en un análisis que arranca en Jruschov para concluir en Gorbachov.
La génesis es la clave & la explicación y de las respectivas "historias de nacimiento y emergencia"; en los casos de las "nuevas tendencias" de Jruschov y Gorbachov son ampliamente diferentes. La fracasada tentativa de Jruschov nació de una crisis de legitimación y de la crisis del imperio. La "campaña para el cambio de Gorbachov, todavía una historia muy incompleta, se origina de una crisis económica, en una crisis del estrato gobernante, con amplias implicaciones sociológicas y una crisis demográfica que tiene igualmente largo alcance para la política social de¡ régimen.Un hecho muy simple está en la raíz de la crisis de legitimación que heredó Jruschov. Había muerto Stalin, el tirano carismático, cuyo carisma había sido creado en buena medida por su propio aparato y que más tarde se hizo una fuerza independiente, destructiva y al mismo tiempo cementadora de la historia; una fuerza que hizo sufrir inmensamente al país y que, sin embargo, era sobre la que descansaba su cohesión política.
Jruschov mostró su valor cuando presentó dos plausibles respuestas; una, servida al partido, y la otra, al resto del país: dirección colectiva y racionalidad sustantiva. La primera se había de transformar en el mecanismo político aceptado de la nomenklatura sólo bajo Breznev. La otra, la racionalidad sustantiva -un término acuñado por los observadores y que Jruschov, persona no particularmente erudita, no usó nunca-, tenía un sentido claro, bien conocido desde la Anatomía de la racionalidad, de Max Weber. Jruschov mantenía que el socialismo es un régimen que es superior a los otros por su misma sustancia; es decir, potencialmente. Cuando un cuerpo realista de políticos fuertes, autonombrados, pero que actúen colectivamente, esté en el timón (Jruschov no abandonó nunca un inequívoco modelo autoritario); cuando, una vez más, se le dé a la ciencia la parte que le corresponde en la toma de decisiones políticas (un cambio que nunca se realizó, principalmente a causa de los propios caprichos de Jruschov), el socialismo mostrará su esencia oculta y superlaúva y Estados Unidos será superado en producción per cápita en 1980. El comunismo será construido.
La extensión gradual de la crisis del imperio, acelerada por los miedos y ansiedades de los propios líderes soviéticos, tuvo un tremendo impacto sobre el drama político soviético. Inmediatamente tras la muerte de Stalin, en marzo de 1953, aparecieron signos de agitación en Europa oriental que tuvieron su primera culminación en el levantamiento de Berlín, en junio de aquel año. También aquí, Jruschov presentó una serie de fórmulas políticas elásticas, pero en este momento no encontró ni siquiera una respuesta temporal. Más bié'n pasó el pesado legado de -la crisis del imperio a sus herederos.
Advenedizos políticos
Por su parte, Gorbachov no ha heredado una crisis de legitimación. Los 20 años de gobierno de Breznev, contra el cual se revuelven ahora los jóvenes turcos, con la típica, ingratitud de ambiciosos advenedizos políticos, han creadó una nueva y duradera fórmula de legitimación.
El principio de la legitimidad del régimen bajo Breznev fue la tradición c onservadora y, nacionalista, la tradición de una ya larga historia soviética, que se ha transformado en historia nacional durante la guerra, abrazando así importantes elementos del tradicional nacionalismo de Rusia. Todo parece indicar que el equipo de Gorbachov pretende permanecer dentro de los muros, en apariencia seguros, de esta clase dirigente. Sin embargo, Gorbachov ha heredado el pesado legado de una crisis económica de Breznev, crísis que se ha manifestado en el casi crecimiento cero de la industria soviética en casi 50 años. También se puede decir que Jruschov había heredado una crisis económica de Stalin. Aunque la reconstrucción industrial soviética en la posguerra había sido rápida,la industria soviética, eri la década de los cincuenta, no podía satisfacer ni las modestísimas necesidades del pueblo ni las mucho mayores del ejército. A la muerte de Stalin, el consumo de calorías de la población apenas superaba los niveles de la guerra.
Pero la economía en la Unión Soviética, una sociedad política, está en función de la estructura política. Las crisis o disfunciones del régimen soviético no tienen indicadores "objetivos". Jruschov tuvo. dilemas ecoriómicos precisamente porque el principio de legitimación había dejado de funcionar. Muerto Stalin había que dar algo a la población descontenta, a fin de poder introducir nuevos principios de legitimación.
Gorbachov tiene ahora problemas políticos precisamente porque está vigorosamente viva la legitimación tradicional y nacionalista, pero la industria, enferma, no puede estar a la altura de sus deberes. Tiene que servir a la estrategia expansiva de una superpotencia y simultánea, mente tiene que satisfacer al menos algunas de las necesidades de bienes de consumo de un pueblo que está determinado a tomar en serio las afirmaciones de la propaganda de que son los ciuda danos de la nación a la cabeza del mundo y que sacan conclusiones pragmáticas sobre su presupuesto doméstico. Como ninguna de estas dos necesidades puede ser satisfecha con un crecimiento cero, la crisis económica se manifiesta en forma inocultable. En los medios de información soviéticos, se la presenta como resultado del atraso tecnológico y no como consecuencia de la atrofia política. La dimensión política ha sido tratada, desde los primeros pasos de Gorbachov, como ancilla technologiae (sierva de la tecnología).
Los síntomas de crisis
Más directamente políticos en su naturaleza son los síntomas de crisis en el estrato gobernante. Son directamente políticos y además sociológicos, en la medi da en que la gerontocracia de Breznev había estado bloquean do las ambiciones y las posibili dades de carrera de toda una nueva generación de funcionarios más jóvenes. Además, Ia crisis es directamente moral, a cau sa de que la plaga de la corrup ción extendida por toda la nación representa un dilema dual y se riamente amenazante para el aparato gobernante. Porque, en este caso, la corrupción es algo más que el dar y recibir sobor nos. Produce una relativa inde pendencia del apparatchik del aparato por una riqueza privada acumulada ilegalmente, así como el nacimiento gradual de una clase a partir del grupo gobernante. La primera tendencia se enfrenta con los intereses corporativos de la nomenklatura, cuya disciplina y unidad de voluntad quedarían socavadas si estuviera cada vez más compuesta de propietarios privados. La segunda tendencia amenaza la credibilidad de una de las principales pretensiones ideológicas del grupo gobernante: la de que su objetivo estratégico es una "sociedad sin clases".
La presente crisis demográfica soviética tiene muchas facetas. Su primer aspecto es el de un lento crecimiento de la población, causado probablemente tanto por las catástrofes demográficas sucesivas de la historia soviética como por los actuales bajos niveles de alojamiento, las condiciones de la habitación. Caso único entre los países industriales desarrollados, encontramos en la Unión Soviética una decreciente expectativa de vida, probablemente resultado conjunto del azote del alcoholismo masivo y de un inadecuado sistema sanitario. Finalmente, el componente eslavo del imperio está disminuyendo frente a un contingente musulmán que experimenta una explosión de natalidad.
Las implicaciones políticas de la crisis demográfica son obvias. Con un crecimiento decreciente de. la población es imposible mantener un gran ejército y marína y proveer de mano de obra joven a la industria en los niveles requeridos. La legitimación na-, cional y tradicionalista, su orgullo y su pathos, quedaría seriamente afectada si la nación no está suficientemente sana; si no puede controlar estas plagas autoimpuestas; si, para reemplazar a las viejas. generaciones, trae menos niños al mundo de lo que exige "la grandeza de la patria". Sin un fuerte componente eslavo y sobre todo ruso, el imperio de aquel país estará en peligro.
es socióloga y profesora de Filosofía. es profesor de Estética. Ambos enseñan en la New School for Social Research de Nueva York.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.