Monopolio televisivo
En su artículo del pasado 28 de marzo, el profesor jordi Solé Tura argumenta que tan Estado son las comunidades autónornas como el poder central, para deducir de ahí que con la mayor autonomía pedida para el centro catalán de TVE no se desvirtúa el carácter estatal de la segunda cadena. Sin embargo, este mism,9 argumento no le vale para qule la regionaliz ación de la televiasión pública pueda -y deba- ser hecha por las televisiones autonórnicas, que, siguiendo el argumento del señor Solé Tura, tarl públicas y estatales deben ser como TVE.En el fondo, lo que molesta al señor Solé Tura es que TV-3 está intentarido, a su juicio, "monopolizar la significación profunda del seritimientc, caltalán, identificándolo con un solo partido y con un solo gobernante". No se si el autor del articulo tiene o no razón en su queja. Pero lo que parece cierto es que la solución desmonopolizadora no vendrá necesariam ente por la progresiva catalanización de TVE, organisnio que no se ha distinguido por su sentido iristitucional. de la información.
Con la catalanización de! centro de Sant Cugat tendriamos otra versión del nacionall smo, pero nada más. Para desmorlopolizar situaciones, la alternativa es la libertad, en este caso de televisión, y no sólo el desdoblamiento y engrosamiento de la televisión pública.
En este sentido, y a tenor de recientes informaciones, a más de uno le está preocupando que la televisión privada vaya a tener que depender, para su expansíón, de la red de enlaces de TVE exclusivamente. Según la ley de Terceros Canales, las televisiones autonómicas deberian haber tenido financiación del poder central -artículo 3 de la leypara su iníraestructura de enlaces, emisores y reemisores. Pues bien, hasta el momento no se ha incluido ni una sola peseta en los Presupuestos Generales del Estado para dicho fin. ¿Le pasará igual a la televisión privada" Mucho me temo que sí.
De esta forma, la competencia -TVE- va a tener en sus manos un elemento tan vital para cualquier cadena de televisión como es la red de difusión. Si así se produce, la televisión privada, o no nace, o nace asfixiada. ¿Es tal vez lo que se pretende?
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