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Diez marineros muertos al hundirse al norte de Canarias un barco pesquero de El Puerto de Santa María

El hundimiento del pesquero andaluz Calpe Quintán, con base en El Puerto de Santa María (Cádiz), en la madrugada de ayer, a 240 millas al noreste de Canarias (30 grados 15 minutos norte y 11 grados 41 minutos oeste), provocó la muerte de 10 de sus 12 tripulantes. Dos marineros fueron rescatados con vida; otro, cadáver, y uno más ha sido dado por desaparecido. Ocho tripulantes de la embarcación siniestrada permanecían ayer flotando sobre el mar, sin señales de vida y sin que pudieran ser rescatados a causa del temporal que azotaba la zona donde se produjo el siniestro.

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El barco, que acababa de ser reparado en Ceuta, quedó a la deriva al declararse en su casco una vía de agua. Los barcos pesqueros y mercantes que colaboraban en las tareas de rescate desistieron de tales operaciones poco antes del mediodía, al comprobar la ineficacia de su labor por las adversidades atmosféricas. En la mañana de hoy era esperado en el puerto de Arrecife (Lanzarote) el buque francés Orque, con los dos marineros vivos y el cadáver.

Operación de rescate

Tras conocer la Comandancia General de Marina de Las Palmas la noticia, en la pasada madrugada, un avión y dos helicópteros del Servicio Aéreo de Rescate (SAR) iniciaron la búsqueda de la embarcación hundida, guiados por la radiobaliza del Calpe Quintans. Los helicópteros lanzaron bengalas para acotar la zona para facilitar las labores de rastreo. El Calpe Quintán, que se había hecho a la mar en El Puerto de Santa María y tuvo que ser remolcado a Ceuta por una avería en su motor principal, sufrió las consecuencias de una inestabilidad meteorológica extrema.

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El barco francés Orque fue el primero en llegar al lugar del suceso, pero sólo pudo rescatar vivos al primer mecánico, Manuel Julián Sampere, y al encargado de la redes, Ángel Pedro García Serrano, así como el cadáver de un tercer tripulante cuya identidad no se había dado a conocer en la tarde de ayer. Posteriormente, el Orque contó con la colaboración del buque italiano Favela, que se encontraba a 50 millas de distancia, y con la de otra embarcación alemana.

Entre las posibles víctimas mortales figuran uno de los propietarios y patrón del Calpe Quintán, Miguel Navarro Morán, y el técnico de pesca, Pedro Morato Blanquer, hijo de otro de los armadores, Francisco Morato Martínez, así como otras siete personas.

La tripulación del pesquero siniestrado estaba compuesta, según la información provisional facilitada por las autoridades marinas de El Puerto de Santa María, además de por los marineros ya citados, por José Adán López (segundo mecánico), Manuel Calatayud Ojeda (contramaestre), Eduardo Jiménez Ruiz (cocinero), por los marineros Ahmed Houda -marroquí y que no embarcó en Ceuta, según estaba previsto, por razones que se desconocen- y Ramón Bocano Pino y los neveros José Borga Pérez, José Luis Lorca Rodríguez y Ángel Anaya.

Al mediodía de ayer los dos helicópteros y el avión del SAR repostaron combustible en Las Palmas para continuar intentado las tareas de evacuación de los ocho hombres que flotaban en el mar, lo que se presentaba difícil debido al fuerte oleaje.

El Puerto de Santa María (Cadiz) vivirá hoy una jornada de luto oficial por decisión de su ayuntamiento -informa Inés Alba- tras el naufragio del Calpe Quintán. Oficialmente se desconocen las razones del accidente, y los armadores mantienen que el barco estaba en buen estado. Juan Cordeo García, miembro de la tripulación desde hace siete años, no llegó a embarcarse al ponerse enfermo la misma noche en que el pesquero salía a la mar. Era la primera vez en ese tiempo que se quedaba en tierra.

El Calpe Quintán tenía unas 100 toneladas de registro bruto, era de madera y fue construido en 1972. Un portavoz de los armadores, la familia Morató Martínez, ha asegurado que estaba en buenas condiciones para navegar, aunque el pasado viernes tuvo que ser remolcado hasta el puerto de Ceuta, donde le hicieron una reparación de una avería surgida en alta mar.

En definitiva, según el tripulante que se quedó en tierra, Juan Cordero, "ha sido la mar, con la que no se puede"; en su opinión, el pesquero estaba en buen estado.

Los 10 muertos en el naufragio dejan un total de 18 huérfanos y 8 viudas. Sus nombres y edades -informa Efe-, son los siguientes:

Angel Anaya Pecho, natural de Sanlúcar de Barrameda, de 30 años, deja viuda y un hijo. José Borja Pérez, de 36 años, deja seis hijos. José Adán López, de 44 años, deja un hijo. Manuel Calatayud Ojeda, 54 años, deja un hijo. Eduardo Jiménez Ruiz, de 54 años, deja cuatro hijos. Antonio Robles Cairón, de 44 años, soltero. Miguel Navarro Morán, patrón del pesquero, 49 años y con cuatro hijos. Pedro Morato Blanquer, técnico de pesca, de 26 años, soltero e hijo del armador, dueño del pesquero. José Lara Rodríguez, de 31 años que deja un hijo. José Arana Pino, de 37 años, soltero.

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