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Japón anuncia la adopción de medidas económicas de emergencia para frenar la caída del dólar frente al yen

La fuerte revalorización del yen, que cotizó ayer en Tokio al nivel más elevado de su historia, cerrando a 146,20 yenes por dólar, ha provocado una gran inquietud en los medios políticos y económicos japoneses. El ministro de Finanzas, Kiichi Miyazawa, anunció ayer la posible aplicación de medidas de emergencia", que podrían incluir hasta la limitación de salidas de capital, para evitar la rápida caída del dólar, en relación con el yen, con impacto directo sobre las exportaciones japonesas. Medios del Banco de Japón, sin embargo, excluyen tal posibilidad, que podría tener efectos perniciosos en cuanto a la credibilidad de Japón como segundo centro financiero mundial, aunque no excluyen un nuevo descenso del prime rate, que se encuentra ya al 2,5%, el nivel más bajo desde la posguerra.Miyazawa anunció también la próxima reunión, el 8 de abril, en Washington, con sus colegas de Estados Unidos, Canadá, Francia, Reino Unido República Federal de Alemania e Italia, para tomar medidas específicas para prevenir una mayor caída del dólar.

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La salud financiera nipona

Todos los analistas financieros y políticos coinciden en afirmar que la rápida caída del dólar, con la consecuente apreciación del yen, se debe al fuerte déficit de la balanza comercial estadounidense, para cuya recuperación la Administración norteamericana del presidente Ronald Reagan está decidida a utilizar el arma del dólar para frenar, entre otras, las importaciones de productos japoneses. En contrapartida al déficit presupuestario y comercial norteamericano, los japoneses gozan de una excelente salud financiera, con un superávit de balanza comercial superior a los 85.000 millones de dólares, con tendencia al alza.

¿Hasta cuándo puede durar la buena marcha de la economía nipona, si el yen continúa revalorizándose? Tal es el interrogante al que ningún economista puede responder. Hace dos meses, los medios exportadores japoneses, principal motor de la economía nipona, hacían sus cálculos de beneficios para la exportación en una relación yen-dólar en torno a los 150-160 yenes por dólar. Las cotizaciones actuales rompen todas las previsiones y se da por superada la barrera psicológica le 150 yenes-dólar, con gran inquietud para las empresas japonesas, sobre todo las de pequeño y mediano tamaño muchas veces subsidiarias de las grandes multinacionales niponas.

"Crisis", "emergencia", "medidas drásticas", son alguna de las palabras utilizadas hoy por la prensa, los políticos y los empresarios japoneses, como si despertaran de golpe a las repetidas críticas de estadounidenses y eutropeos para que autolimiten sus exportaciones en algunos sectores y, sobre todo, para que estimulen la demanda interior de la economía nipona, junto a una mayor apertura de su mercado para los productos importados, en uno de los mercados mundiales más importantes, con más de 120 millones de consumidores y un gran nivel de consumo, pero a la vez más reacios, por mil y una razones -no siempre tarifarias- a la hora de dejar la puerta abierta a la competencia de productos procedentes del exterior.

En este contexto de crisis, el primer ministro Yasuhiro Nakasone, promete, una vez más, la presentación de nuevas medidas de reactivación de la demanda interna y apertura a las importaciones, probablemente antes de mediados de abril y, en cualquier caso, antes de su próximo viaje a EE UU, programado para finales de abril.

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